E. Regalado, Castelló

La Diputación de Castelló necesita un lavado de cara y encajar su estructura en el resto de la arquitectura institucional. Esta es la reflexión que realizó ayer el portavoz socialista, Francesc Colomer, quien avanzó que, desde el papel que les toca desempeñar en la oposición, el grupo socialista tenderá la mano para «revindicar la humildad política de esta institución» .

Para Colomer, «demasiadas veces tenemos la impresión de que ésta es la sede de un poder que ya no corresponde a este siglo» , por lo que reclama la necesidad de acabar con «ese poder excesivo y evitar los abusos de poder para proteger a los ciudadanos» . La dependencia de los municipios de los recursos que puedan aportar instituciones como la diputación «debería traducirse en justicia redistributiva y no en cautividad» . Por su parte, la diputada autonómica de Compromís Marina Albiol aseguró que Fabra inicia su cuarto mandato «con las manos sucias por la corrupción» . Según señala, «el hecho de que una persona imputada en graves delitos pueda ser reelegida como presidente de la diputación no es porque la ciudadanía le haya votado, sino porque ese cargo lo elige el partido que gana en los municipios» .