Nuria Tendeiro Parrilla, Valencia

¿Qué fue antes: la falta de educación o la miseria, la desestructuración familiar o la violencia, los niños trabajadores del basurero de Cobán o las pandillas juveniles de la Alta Verapaz? Guatemala, ese pequeño país centroamericano, marcado por el color de sus mujeres mayas, pero también por las pandillas juveniles violentas o maras, por los altos índices de emigración y la presencia del narcotráfico, está malherida por la pobreza y analfabetismo crecientes.

Hace unos días visitaba Valencia el coordinador de la asociación guatemalteca Comunidad Esperanza de Alta Verapaz, el padre Sergio Godoy -invitado por la periodista valenciana Ana Mansergas-, junto a una representante de su contraparte andaluza Fundación Esperanza. Y en su paso dejó algunas semillas.

La primera, la de la esperanza en la cooperación internacional para que los 400 niños a los que atiende de forma integral, la mayoría trabajadores del basurero de Cobán en Alta Verapaz, puedan dejar las montañas de inmundicia, en las que se emplean, para acudir al colegio. La segunda, una serie de encuentros con ONG, instituciones públicas y medios de comunicación para asentar en la práctica su teoría sobre su esperanza en los niños y jóvenes de Cobán ahora en riesgo de exclusión.

Se entrevistó con el presidente de la Fundación por la Justicia, José María Tomás y Tío, con la directora de Cooperación de la Generalitat, Carmen Dolz, y con periodistas de diferentes medios de comunicación de la ciudad. Y presentó su proyecto de cooperación: la Ciudad de la Esperanza, que pretende rescatar a todos esos niños y adolescentes en riesgo de Cobán.

"Pretendemos que la Ciudad de la Esperanza sea la alternativa al riesgo de callejización (sic)de muchos jóvenes faltos de hogar", explica el padre Godoy. Esta ciudad, de la que ya se benefician 500 familias, proporcionará escolarización; gestionará un laboratorio de informática y biblioteca, así como comedor infantil; mantendrá un servicio de atención sanitaria, y realizará actividades de recreo; dará alimentación a niños y adultos del basurero y también educará a madres y padres de familia. Una cuestión primordial por la desintegración familiar y desestructuración, lo que provoca un círculo de miseria.

Muertes por desnutrición

"Cualquier ayuda es importante. En nuestra región se dan de forma cotidiana muertes de niños por desnutrición, incluso casos de desnutrición en el seno materno de madres que no pueden llevar una alimentación adecuada y lo peor es la resignación de muchas familias ante la fatalidad, y su entrega a curanderos. En Cobán muchos niños cuando nacen se enfrentan a la pobreza y después al trabajo mísero, cuando son adolescentes se les abren las puertas de las maras y también del narcotráfico. Las pandillas son muchas veces los referentes al no tener los jóvenes sentido de pertenencia familiar y el promedio de vida de éstos desde que se integran a las pandillas es de cinco años", afirma el padre Godoy.

Respecto al proyecto, adelanta: "Hemos construido 4 edificios de dos aulas y un quinto de tres, pero para completar la escuela necesitamos construir otros 8 edificios de 2 aulas cada uno; a parte la biblioteca, el laboratorio, el aula de informática, la casa hogar para niños, el comedor, el edificio de administración y el área deportiva".