Otro coco más. Parece que en el calendario de la UD Benigànim solo hay gallitos. Esta semana, toca el CD Castellón. Casi nada. Encima, el equipo con mayor renombre del grupo visita el Municipal beniganense en su mejor momento de la temporada. En plena fase de remontada y decidido a continuar su escalada hacia los puestos que, teóricamente, le corresponden. Mal enemigo para invitarle a una fiesta. Pero, es lo que hay. Y, de igual manera que los hombres de Langa han plantado cara frente a otros rivales importantes, también lo pueden hacer contra el Castellón.

El problema es que se ha llegado a unas alturas de la temporada que el Benigànim empieza a necesitar de forma imperiosa los tres puntos. Acumula nueve jornadas sin ganar, se ha estancado en la zona de descenso y solo los triunfos pueden seguir alimentando la ilusión franjirroja. Hace falta un revulsivo en forma de victoria. Alfonso López Langa no pierde la fe en los suyos y poco a poco empieza a moldear el equipo a su medida. Después de varios intentos, se ha hecho con los servicios del defensa central Nando Campos, que regresa a la entidad. El zaguero ontinyentí ha sido pieza fundamental del Benigànim en el crecimiento del equipo los últimos años, disputando dos promociones de ascenso para acabar subiendo y jugar en tercera. Miguel Ángel Mullor lo convenció para que se enrolara en el Ontinyent, pero la falta de minutos provocaban su salida, recalando en el Agullent. Juan Moreno ya lo quiso reclutar antes de su destitución, pero Campos prefirió tomarse un tiempo. Finalmente, el encuentro entre club y futbolista era poco menos que inevitable y Langa dispone ya de un nuevo guerrero para empujar en busca de la salvación. El entrenador del Benigànim se ha mostrado más preocupado por la cantidad de goles que encaja su equipo que por los que hace. De ahí, la apuesta por reforzar la línea defensiva.