Hace unos días este diario publicaba que el Ayuntamiento de Montesa ha aprobado una ordenanza que establece una entrada única para visitar los cuatro principales recursos turísticos del municipio: el magnífico castillo convento de la Orden de Santa María de Montesa y San Jorge de Alfama, el interesante Museo Parroquial, el Museo de la Almazara y la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, con su órgano barroco y retablos renacentistas, y todo ello por un precio de 4 euros. Además, se contemplan tarifas distintas para menores, grupos, para la asistencia a conciertos y actos culturales en los monumentos y una tasa para la obtención de imágenes del castillo para publicaciones, reportajes, actividades fotográficas y cinematográficas. La ordenanza también recoge las posibles infracciones que se pueden cometer y sus correspondientes sanciones.

Llama la atención, en este contexto, el convenio firmado por el ayuntamiento montesino con la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, propietaria de dos de los monumentos incluidos en esta entrada única: la iglesia y el museo parroquial, contemplándose que lo recaudado se destinará a los propios recursos turísticos, en actuaciones de limpieza, mantenimiento y conservación.

Es una buena iniciativa de un ayuntamiento de un municipio de 1.200 habitantes y con un presupuesto municipal en torno al millón de euros, que es continuación de otra reciente para la instalación, con ayuda de la Diputación Provincial de València, de siete paneles informativos en el entorno del castillo que describen, mediante textos breves e imágenes, algunos de los espacios fundamentales del importante, histórico y estratégico recinto defensivo. Y demuestra que está apostando, con voluntad traducida en hechos y capacidad, por gestionar su oferta turística, trabajando y habilitando unos recursos patrimoniales de gran potencial turístico, con el objetivo de impulsar turísticamente Montesa.

Desde la autovía A-7, en ambos sentidos, la dirección general de Carreteras del Ministerio de Fomento ha instalado recientemente señales turísticas del castillo de Montesa —y de la Albufera de Anna—, a través del Sistema de señalización Turística Homologada (SISTHO), mediante un convenio firmado entre el Ministerio de Fomento, la Secretaría de Estado de Turismo y las Administraciones Autonómicas competentes en materia de este tipo de señalización. El procedimiento descrito en el manual del SISTHO, que data del 2014, es que los Ayuntamientos proponen a la Administración Autonómica lo que desean señalizar, número de señales y carreteras en que se ubicarán y ésta una vez que la aprueba, la remite a la Secretaría de Estado de Turismo y ésta al Ministerio para su autorización, corriendo la instalación y mantenimiento a cargo de la Administración Autonómica.

Mientras, Xàtiva, con una población en torno a los 29.000 habitantes, un presupuesto municipal que supera los 25 millones de euros, y un conjunto-histórico artístico con 18 valiosos Bienes de Interés Cultural, de titularidad pública y privada, muchos declarados en su día como monumentos histórico-artístico nacionales, sigue sin ofrecer al visitante una entrada conjunta y unos horarios de apertura adecuados para visitarlos, lo que devalúa la nueva, buena y completa app turística galardonada en la quinta edición de The App Tourism Awards 2018 convocados por la feria FITUR de Madrid y SEGITTUR. Y, según los datos de la dirección general de Carreteras, la señalización turística del conjunto histórico-artístico de Xàtiva, ubicada en la autovía A-7, en uno sólo de los sentidos, y en la antigua carretera nacional N-340 (hoy CV-58 cedida a la Generalitat Valenciana), en el acceso a la ciudad junto al cementerio, se encuentra obsoleta porque se colocó en el año 1998 y hace hincapié en que cualquier modificación de lo en su día aprobado, debe seguir el procedimiento del SISTHO.

Hoy la iniciativa municipal turística de Xàtiva se está centrando en la habilitación de unas oficinas municipales de turismo, en un centro de visitantes, inaugurado en 2010, en el que se invirtieron más de 200.000 euros del malogrado y desaprovechado Plan de Dinamización del Producto Turístico de Xàtiva y al que se suman ahora otros 50.000 euros, más gastos de alquileres y de deudas amortizadas, en una apuesta municipal que sigue construyendo la casa comenzando por el tejado en cuanto a la gestión para convertir a la ciudad, de una vez por todas en el auténtico destino de turismo cultural que merece ser.