Apenas con seis u ocho años de edad, en compañía de mis amigos Adolfo Soriano y Vicente González —y tal vez Paco Bonora— que veraneaban en La Cañada, acudíamos entusiasmados a la Terraza Pascual, donde —habituales del San Vicente, el cine de los niños, y el que los dominicos programaban los domingos— podíamos ver películas de mayores sin que los agentes de la moral nos lo impidieran.

Allí vimos Duelo al sol y Nido de víboras. La primera es un western, un drama romántico con acento épico, dirigido por King Vidor en 1946, en el que dos hermanos (Gregory Peck y Joseph Cotten) se enamoran de una mestiza, interpretada por Jennifer Jones. La otra es un drama psicológico, con enferma incluida, realizado por Anatole Litvak en 1948, con Olivia de Havilland y Leo Gen en los papeles estelares.

En una reciente sobremesa, se hablaba de la vitalidad de los cines de verano. Las grandes salas devinieron en multicines, mientras que las terrazas siguen fieles a su formato tradicional. Otra cuestión sería si hay ahora más o menos que antes. En la ciudad de Valencia parece ser que sí, que hay menos, pero por los pueblos, en el campo o en la playa, siguen teniendo su vigencia.

Ahora la terraza de verano es la de l´Eliana y su programación, firmada por Pedro Uris (Cartelera Túria), cuenta con gran éxito desde hace años, como lo evidencia el que a sus sesiones

—llenos casi siempre— acudan de más allá de la comarca, incluso de la capital comunitaria. Por cierto, que podrían mejorar los asientos: hace unos días se le rompió la silla a un amigo y cayó de espaldas, sin consecuencias afortunadamente.

Para que os hagáis una idea de por dónde van los tiros en l´Eliana, he aquí las tres películas que vi la primera semana de mes. Y también la lluvia, de Iciar Bollaín, con Luis Tosar y Gael García Bernal, sin olvidar a un magnífico Karra Ejalde encarnando a Antón/Cristóbal Colón, y música de fondo de Alberto Iglesias. Midnight in Paris, el irregular film de Woody Allen que, en conjunto, logra una historia fantástica y entretenida, con sugestivas referencias culturales; la capital francesa le inspiró más que Barcelona. El discurso del rey, de Tom Hooper, con Colin Firth, el Vermeer de La joven de la perla; Helena Bonham Carter, la de Una habitación con vistas con veinte años más, y Geofrey Rus, el capitán Barbosa de Piratas del Caribe, cuya última entrega, Mareas misteriosas, se proyectará el próximo fin de semana. Hoy tenemos Balada triste de trompeta, de Álex de la Iglesia. ¿Os animáis?