Madrid es el escenario de un particular "duelo de estilos" entre la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y la nueva alcaldesa de la capital, Ana Botella.

Son personalidades y estilos diferentes, pero curiosamente el lunes pasado, en su primer encuentro oficial, ambas vestían prácticamente igual: vestido estampado en tonos verdosos y chaqueta de terciopelo. Las dos son muy aficionadas a los broches.

La alcaldesa, exprimera dama, se puso uno con forma de amapola sobre su chaqueta negra el día que alzó la vara de mando. La esposa de Aznar es de gusto clásico, tonos suaves y vestidos por la rodilla.

Esperanza Aguirre tiene sus momentos. Fue capaz, como Carmen Calvo, de enfundarse un Agatha Ruiz de la Prada y estos días se le ha visto de mandarina tango, el color del año. Su pasión por los zapatos es proverbial. En una ocasión declinó hacer declaraciones porque no llevaba tacones y su imagen con zapatos y calcetines blancos tras el incidente de Bombay es difícil de olvidar. En 2010 fue elegida en Elda la "mujer mejor calzada" de España.