Mientras la realidad política impide cualquier acercamiento entre palestinos e israelíes, la música les une. Y más tratándose de Beethoven. Eso es lo que sucederá hoy en el Palau de la Música entre el director de la Orquesta de Valencia, el israelí Yaron Traub, y el pianista palestino Saleem Ashkar.
La expectación es máxima. Hasta el extremo que ayer se tuvo que abrir el ensayo general al público ante la demanda de entradas.
Para Ashkar, la música no tiene una habilidad abstracta capaz de solucionar conflictos y conectar a la gente. Sin embargo, dependiendo con quién toques se puede producir esa conexión, pero también si los puntos de vista son muy diferentes puede en cambio producir un choque.
«Lo que sí es importanteañadees que cuando se interpreta con un músico con el que conectas, musicalmente hablando, el resto de temas pasa a un segundo plano. Entonces, las nacionalidades, el pensamiento político dejan de ser importantes gracias a la música», sostiene mientras se muestra poco optimista en cuanto a una solución política y territorial.
El músico palestino, impulsor además de una escuela en su país que educa y socializa a los niños, recuerda que para poder realizar su carrera tuvo que irse de Palestina porque entonces «no había nada», algo que ahora ha cambiado.
Ashkar se declara un músico libre y no adscrito a ninguna escuela e incluso insiste en que está en contra de la especialización. Cree, eso sí, que hay que acercarse a las partituras de forma rigurosa, pero aportando una personalidad.
«La partitura es sagrada para un músicoafirma Es lo único que nos aporta la intención del compositor. Pero, por otro lado, la información que contiene es sólo el principio de un apasionante viaje en el que el músico ha de investigar.»
Volcado de lleno en la actualidad en la música de Beethoven cuya integral de sonatas le tiene aprisionado por su intensidad, considera que un músico ha de tener siempre despierta la curiosidad y esto incluye estar atento a cualquier obra o compositor.
«El músico ha de ser capaz de explorar los caminos a donde la curiosidad le lleve. Y de hecho, los compositores que más me han influido han sido diferentes. En este momento, estoy centrado en Beethoven, pero en otras épocas podría haber sido Mozart», sostiene para añadir que se encuentra en un proceso personal que le lleva a inclinarse hoy más por el recital ya que le ofrece «una mayor libertad» y sobre todo «intimidad y conexión con el público».
