Usted no es un escritor del género, pero sí lo ha pisado el en ocasiones.
En dos: Abril rojo y esta última, La pena máxima. Pero sí es cierto que yo escribo de terror e incluso cuando he hecho comedia utilizo un humor muy negro. Justamente mis dos novelas negras son también mis obras más políticas.
¿Por qué se ha vuelto tan atractiva la novela negra?
Antes era muy fácil separar los buenos de los malos. Ahora el mundo se ha llenado de matices y es más difícil establecer bandos. Un político español derechista puede resultar más socialista que un izquierdista latinoamericano. Y eso es la novela negra, donde ni el detective es tan bueno ni el asesino tan malo.
¿Dónde empieza la novela y termina la investigación?
Siempre digo que la novela empieza donde termina el reportaje. A mí me encanta investigar y siempre pienso que lo que investigo es más negro que lo que quiero contar. Lo que ocurre es que la realidad es desesperantemente incierta y la novela reconforta, aporta un sentido.
Vive en España desde hace tiempo, ¿la distancia con su país le ayuda a explorarlo en sus novelas?
La verdad es que voy mucho a Perú pero lo mejor que puedo hacer para escribir de lo que pasa allí es estar lejos. Así consigo desaparecer de lo que narro, que es algo necesario. Tienes que convertirte en un dios y crear un mundo, conseguir olvidarte de lo que te contaron y liberarte de opinar sobre lo que vas a contar. Precisamente mis novelas más negras son las que hablan del pasado. Eso me permitió crear un mundo completo.
Viene a Valencia. No me diga que no le tienta recoger material para la próxima novela.
¡Pero si ustedes tienen a Chirbes, que ya ha hecho todo el trabajo! La verdad es que el mal está en todos lados, fíjese que ahora llega mucha novela del género porcedente de países del norte, como Suecia, un lugar que no parecía siniestro.
En su última novela vuelve la vista al fútbol.
Quería ese escenario porque le da un marco espectacular a la novela. En ningún otro ámbito puedes ver a cien mil personas reunidas por el mismo motivo. Además creo que me gustan las cosas grandiosas. Creo que hago novelas porque si hiciese películas serían carísimas (ríe). También quería hablar de la relación entre el fútbol y el poder. Pienso en el Mundial de Argentina de 1978. Videla da discursos en el marco del Mundial y habla incluso sobre los derechos humanos.Mientras, a unos cuantos kilómetros del estadio estaban torturando y matando gente.
Le preguntaba por el atractivo de la novela negra. Antes era un género denostado, al menos en España.
Pero eso lo único que indica es que antes no se leía. La novela negra es popular y si antes era un género odiado es simplemente porque las clases populares no leían. La literatura era para cuatro esnobs. Afortunadamente dejó de ser así.
