El conseller de Cultura explicaba ayer que entidades como CulturArts «tendrán que estar gestionadas dentro del manual de buenas prácticas» de la Generalitat, que al mismo tiempo abrirá los procesos de selección de los gestores de estas entidades y de las que dependen de ellas. Tras una reunión con el alcalde en funciones de Castelló, Enric Nomdedéu, y varios de los concejales del consistorio, Vicent Marzà incidía en la necesidad del Plan Estratégico en el que trabaja conselleria para dirigir la política cultural de la Comunitat Valenciana, así como en el Manual de Buenas Prácticas de la gestión cultural bajo el que se reigrán todas las entidades de este área dependientes del Consell, como la mencionada CulturArts, y de los ayuntamientos.

«A nosotros nos gusta hacer bien las cosas; no queremos hacer como el anterior gobierno, que primero pensaba en la persona y luego pensaba qué política haría», subrayaba Marzà, haciendo hincapié en los plazos para designar a los nuevos gestores culturales: primero será el código, para después ver «quiénes son las personas más adecuadas para gestionar esas prácticas culturales, con la base de que han de ser procesos abiertos en los que participen personas del mundo de la cultura y baje muchísimo la carga política de la designación de quien ha de gestionar», resaltó. En este sentido, el titular de Cultura apuntaba que «las personas que quieran presentarse, se presentarán y verán el proceso, y quienes tengan proyecto y estén preparados y puedan acreditar su capacidad gestora y, sobre todo, su visión cultural, se podrán presentar al igual que cualquier otra persona».

«Llevamos demasiados años en que hemos visto, y lo hemos notado al llegar los nuevos gobiernos, que la gestión cultural no tenía ni una gestión eficiente ni determinada, con unos objetivos para mejorar la industria cultural de nuestro país», ahondaba Marzà, añadiendo que «desde ese caos» es necesario el manual «que permita que las personas que gestionan la cultura en nuestro país tengan unos objetivos claros y unos conocimientos claros de qué es la cultura y hacia dónde se ha de ir». Marzà denunciaba que hasta ahora «no había una dirección estratégica del mundo cultural» y que «la industria cultural valenciana ha estado dejada».