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Arte

Máscaras contra la identidad

El IVAM expondrá desde el jueves la serie de autorretratos donde la premiada Gillian Wearing se traviste de sus familiares

Máscaras contra la identidad

Aviso: detrás de las imágenes que ven en la página hay una misma persona, Gillian Wearing. Son autorretratos. En los ojos está la prueba. El resto son costosas creaciones de látex y prótesis para transformarse en su madre, padre, hermano, hermana, tío, abuelo y abuela, e incluso ella misma con 17 años.

El Álbum familiar de la artista británica, realizado entre 2003 y 2006, es un puñetazo visual al concepto de identidad. La serie de ocho fotografías, procedentes de la colección de la Fundación La Caixa, forma parte de la exposición que el IVAM dedica desde el próximo jueves a Wearing. Es la primera individual en España desde 2001.

Las máscaras „llámenlo travestismo, si quieren„ y el cuestionamiento de la identidad son dos constantes en el trabajo de esta creadora (Birmingham, 1963). Quizá no es exagerado decir que la construcción de la identidad es el eje de su trayectoria, reconocida en 1997 con el premio Turner, el más importante de las artes plásticas en el Reino Unido.

Wearing se dio a conocer a principios de los años noventa con Signs (Rótulos), una serie en la que proponía a gente de la calle que escribiera un mensaje en un cartón y fotografiarse con él. Sorprendió lo que encontró. Quizá la imagen más conocida es la de un ejecutivo de la City londinense que con sonrisa de Gioconda exhibe un inquietante «I'm desperate» (Estoy desesperado).

En el proyecto siguiente, Wearing empezó a utilizar la máscara. En un anuncio en el períodico invitaba a cualquiera a contarlo todo, a destapar los secretos de su vida ante una cámara de vídeo bajo el anonimato que ofrecía la careta. Pueden imaginar el resultado: hasta algún asesinato fue confesado. Esa era la clave: es bajo algo falso y que nos oculta cuando somos de verdad.

El salto al vacío fue hacerlo con ella misma de protagonista enmascarada. El título de la serie no es metafórico, realmente se basó en imágenes extraídas de su álbum familiar. Usó maniquís y cera hasta conseguir una reproducción tan perfecta que impacta. Cuatro meses le llevó cada una de las fotografías que componen el grupo.

Pero el fin de Wearing no es la imitación. En los ojos está el secreto y la verdad. Ellos desvelan la mentira: el maquillaje y el látex no encajan a su alrededor y permiten al observador percatarse del ejercicio de travestismo. Y pensar.

Pensar sobre la identidad familiar, si es que existe o no es solo una construcción cultural, una mascarada con la que encubrir el yo. Pensar en la frágil línea entre la ficción y la realidad. Pensar en lo que escondemos y el rostro que enseñamos.

Álbum familiar está considerado uno de los proyectos más complejos de la artista británica. En las fotografías de los parientes más lejanos en el tiempo recurre al modelo de la antigua fotografía de estudio: posando ante la cámara con las mejores galas.

En la de su hermano sube la apuesta del engaño y crea un torso de látex con el que se retrata mientras se cepilla la melena.

Además de la serie Álbum familiar, el IVAM expondrá hasta el 24 de enero tres fotografías más, ocho videoinstalaciones y una escultura. Wearing acudirá a la apertura. Previsiblemente sola, aunque la británica siempre lleva en su mirada a la familia.

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