Miquel Navarro cumplía ayer 70 años y se llevó el regalo al desayunarde ver en la prensa la fotografía de una de las esculturas que donó al IVAM instalada ahora en el Palau de les Arts, una idea que le ha gustado. No obstante, el conflicto por la sala permanente que el museo le niega y que él defiende como una de las condiciones de la donación de 500 piezas que realizó continúa abierto. Diez meses, tiempo de enfrentamiento directo primero y de silencio tenso después, no han sido bastantes para restañar heridas.
El escultor de Mislata ha optado por la vía de la prudencia y la distancia. Prefiere no profundizar en el desencuentro y se limita a declarar que lo importante para él, en este momento, es que continúa trabajando. «Eso me hace estar contento y no quiero entretenerme con otros problemas. En un futuro tendrá que decidirse y confío en que la situación se aclarará y se solucionará», afirma sobre lo ocurrido con la sala permanente. ¿Medidas judiciales? Navarro insiste en preferir no hablar.
El otro protagonista de este episodio de la cultura valenciana es el actual director del IVAM, José Miguel G. Cortés. Llegó al cargo el 23 de septiembre de 2014 tras ser elegido en un concurso internacional y, unas semanas después, el 19 de noviembre, anunciaba su intención de retirar la sala que el museo dedicaba de forma permanente „la más importante, la de la fachada, donde estos días se exhibe la última obra de Gillian Wearing„ a la donación del escultor.
La polémica estalló y Cortés se mantuvo firme con el apoyo de la asociación de directores de museos y del personal del centro de artes. Terció la entonces consellera, María José Català (PP), elevando el caso al consejo rector.
La solución de compromiso de este órgano fue que la sala se rotulara con el nombre del artista y abrir un periodo de negociación entre este y el director. El entrecomillado del verbo subraya el eufemismo que contiene, porque el asunto permanece dormido.
Cortés ha argumentado desde el primer momento que la sala permanente iba vinculada a la ampliación del IVAM, ha apelado a su autonomía como director y a que la idea figuraba en el proyecto por el que fue elegido.
Gestos a un autor «importante»
No obstante, el museo no ha evitado gestos hacia un artista que considera «importante», señalan fuentes de la institución.
Incluyó obra suya en la exposición con la que abrió la era Cortés (En tránsito), alguna pieza forma parte también del proyecto de Jardín de Esculturas diseñado para el solar de la aparcada ampliación „espera que pueda ser realidad en 2016„ y, ahora, tres obras de gran formato de Navarro encabezan el grupo de ocho que el IVAM exhibirá hasta julio de 2016 (al menos) en distintos puntos del Palau de les Arts.
Cuenta asimismo con el legado del creador (Premio Nacional de Artes Plásticas, añaden las citadas fuentes, para proyectos en desarrollo.
Así, la intención de Cortés es publicar antes de que finalice el año o en las primeras semanas de 2016 el catálogo razonado del escultor, un compromiso firmado que viene de la gestión anterior de Consuelo Ciscar.
Al tiempo, el IVAM anuncia también que Miquel Navarro formará parte de la lectura de la colección del museo que se exhibirá durante el año próximo.
El conflicto tiene sus aristas políticas. Navarro fue un creador considerado y mimado por Ciscar durante sus años de poder cultural en distintos cargos con el PP. No obstante, el artista cerró la lista del alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa (PSPV), en las últimas elecciones municipales y el propio líder de los socialistas y actual presidente de la Generalitat, Ximo Puig, visitó su taller al saltar la polémica.
Por ahora, el tiempo transcurre suave, cambian los gobiernos y las cicatrices permanecen.
