Posiblemente el secreto para seguir cantando cerca de cumplir los 75 años es conocer su cuerpo mejor que nadie. Hace un año estaba en Valencia dando voz a Vidal en Luisa Fernanda y dirigiendo Manon Lescaut, de Puccini; tenía el plan de repetir experiencia a final de 2015 (cantar Macbeth y dirigir Samson et Dalila), pero avisó de que era demasiado, solo cantaría.

El Palau de les Arts no puede presumir de una nueva producción propia para abrir la temporada (la décima), como otros teatros de ópera de postín, pero cuenta con la presencia del cantante español para la inauguración, algo que cualquier otro gran centro de artes desearía para sí. Un compromiso que viene de cuando el edificio era solo una maqueta y mantiene a pesar de adversidades.

Plácido Domingo tuvo que dejar de dirigir a mediados de octubre varias funciones de Tosca en el Met de Nueva York por un problema en la vesícula biliar por el que tuvo que ser operado.

Es el último de los avisos que le ha ido dando el cuerpo: fue intervenido en Japón en 2010 y padeció una embolia pulmonar en Madrid en 2013. Pero, como en esas ocasiones, el tenor reconvertido en barítono se mostró en Valencia ayer recuperado.

No piensa en bajarse del escenario. «Habrá un día que el cuerpo dirá basta, pero de momento tengo el mismo entusiasmo», afirma. Mientras tanto, continúa llenando su agenda de compromisos. «Me sorprende que todavía pueda seguir cantando», dice. Ya le sucedía hace cinco años, pero «si entonces hubiera dejado de hacer planes, hoy no estaría aquí».

Así que está ya al habla con Les Arts para regresar las temporadas próximas, señala, aunque no concreta ni fechas ni si será para cantar o para dirigir. No obstante, el intendente, Davide Livermore, da por hecha la presencia del cantante. El resto, se irá viendo.

Tras la hospitalización de Nueva York, esta será la primera ópera cantada de Domingo, que sí ha tenido alguna actuación antes en México. Este Macbeth „un papel considerado complejo„ es también su regreso operístico a España, después de que en julio cancelara su participación en el Gianni Schicchi del Teatro Real por la muerte de su hermana.

El ahora barítono asegura que el trabajo de director de orquesta «cansa físicamente mucho más», pero cantar le pone mucho más nervioso. Le continúa sucediendo, pese a la veteranía.

El húngaro Henrik Nánási dirigirá a la Orquestra de la Comunitat Valenciana en este Macbeth firmado por el alemán Peter Stein que es una coproducción del Teatro de la Ópera de Roma y el Salzburger Festspiele. El montaje le parece a Domingo «más válido» que el futurista que le tocó interpretar en febrero en Berlín, cuando debutó en este papel, que le ha dado la oportunidad de no ser ni héroe (lo habitual en los tenores), ni padre, sino villano.

Aunque este Macbeth del español es también víctima. En ese refuerzo del lado humano del personaje es clave la romanza final de la primera versión de la ópera que hizo Verdi en 1847 y que eliminó en la segunda (1865). Aquí se recupera esa parte final del original, «indispensable para ver el arrepentimiento y dolor del personaje», dice el cantante, que zanja: «No creo que haga Macbeth sin la última romanza».