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Ezio Manzini : "El diseño es creatividad, sentido crítico y pragmatismo"

El téorico Ezio Manzini ofrece en la EASD de Valencia su visión sobre la innovación social en el diseño - «No podemos diseñar humanos, pero sí las condiciones en que se relacionan »

Ezio Manzini ayer, en la Escola d´Art Superior i Disseny. vicent m. pastor

Cuando todo el mundo diseña es el título de su último libro, lo que ayuda a situar al personaje: se trata de Ezio Manzini, uno de los teóricos e investigadores más reconocidos dentro del diseño para la sostenibilidad, rama asentada sobre la afirmación que encabeza su obra, sin el Cuando: «La capacidad de diseñar es una capacidad humana, surge de la creatividad, y todo el mundo puede ser creativo. Pero no es solo creatividad, sino una combinación que incluye el sentido crítico, la capacidad de mirar alrededor y reconocer que algo debería ser diferente; y un sentido práctico: si imaginas algo diferente debes crear las condiciones para que suceda», comenta el pensador, de paso por Valencia para una conferencia en la Escola d´Art Superior i Disseny.

El diseño emergente, apunta Manzini, es una tarea más difusa que deberá imaginar soluciones para las relaciones de la comunidad. «Siempre tendremos que diseñar objetos porque no van a desaparecer; el tema es que en el último siglo pensabas en un diseñador y la gente lo relacionaba con un objeto que debía ser diseñado. Ahora el diseño será una especie de actitud, un conjunto de herramientas y capacidades que pueden ser aplicadas a diferentes aspectos», sostiene el profesor emérito del Politécnico de Milán y creador de la red Desis, dedicada a la innovación social.

Lejos de planteamientos platónicos, Manzini pone yeso a sus postulados: «Puedes tener el problema del envejecimiento de la población, como en España. Tradicionalmente los diseñadores se encargarían de idear prótesis o dispositivos médicos; ahora, además, deberán diseñar sistemas de organización que hagan que los ancianos se ayuden o sistemas para la cohabitación entre generaciones. Cuando diseñas un hospital, por ejemplo, no se trata solo de lo que contiene, es también la experiencia de la gente en ese hospital: las interacciones con los objetos y, sobre todo, con enfermeras y doctores».

En este sentido, aunque Manzini matiza que no se pueden «diseñar humanos», incide en que la tarea de los profesionales de la materia sí será «diseñar las condiciones en que estos se relacionan». Enemigo (o al menos poco amigo) de la palabra utopía, dice Manzini que en un entorno de «crisis múltiple» ya tenemos muchos ejemplos de ese nuevo diseño, nacido de la colaboración entre la capacidad de la propia ciudadanía y los profesionales que la observan y modelan, sobre todo en el área de la agricultura: «A pesar de que la industrialización en este campo no cesa, de la modificación genética, etcétera; existen alternativas que le dan valor a la comida local, a los productos orgánicos, que modifican la relación entre agricultores y ciudadanos». Esa es la inspiración y el reto del nuevo diseño, señala Manzini.

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