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Los reyes de la casa

«VIP»

TEATRE TALIA (valencia)

De Ramón Fontserè y Martina Cabanas. Int: R. Fontserè, Pilar Sáenz, Dolors Tuneu, Xavi Sais, Xevi Vilà. Dirección: R. Fontserè. Producción: Els Joglars.

ls Joglars siguen representando un microclima a contracorriente de ese cambio climático que también el teatro sufre en los últimos años, al huir de contaminarse con su realidad. Sí, una de sus características sigue siendo subir al escenario temas de actualidad. De ahí que su ADN se nutra de diversos mandamientos, como el de ser provocador, ir a la contra, o ser vengativo. Este espectáculo de su nueva etapa, o sea, la que surge a raíz del paso del testigo de Albet Boadella a Ramón Fonseré en la dirección escénica, cumple con dichos mandamientos.

Provocador, porque el tema elegido, el trato nuestra sociedad da a los niños, rompe con algunos comportamientos muy extendidos. Ya lo decía Josep Pla: «Protejamos la infancia, pero ¿quién nos protege a nosotros de ella?». Consentidos y excesivamente complacidos, serían las cualidades educativas que predominan, convirtiendo a muchos infantes en pequeños tiranos.

En VIPs a los cuales queremos proporcionar la vida cómoda que no se tuvo. Por ello, van a la contra de muchas confusiones educativas, como la del nefasto autoritarismo de otros tiempos con la necesaria «autoridad». Y vengativo, es decir, hacer justica a los profesores que hoy tienen todas las de perder ante la postura de los padres en los conflictos: suelen defender a los «reyes de la casa».

Un buen, un gran tema que en las manos joglarescas se ha convertido en un imaginativo montaje que brota de nuevo del trabajo de los intérpretes. La única pega es que, a veces, tengo dudas de algún material seleccionado. Pero este punto es subjetivo, y no quiere rebajar el valor de la ingeniosa creación, que, a caballo entre la sátira y la burla, tiene momentos hilarantes y todo un submundo de detalles teatrales relacionados con la infancia: fantasía, surrealismo, picaresca, espíritu bélico y lúdico€ Y un final apoteósico de gran efectividad y belleza. Ramón Fontserè borda su papel de «tierno» infante, y está muy bien acompañado de cuatro actores del núcleo duro de la compañía (ay, la crisis) que vuelven a demostrar su refinado dominio del trabajo corporal.

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