La figura de un boxeador en posición de defensa, con guantes rojos, recibe la exposición de Artur Heras en La Nau. Un aviso del puñetazo de realidad que se le avecina al espectador. Esa «no ficción» en la pintura es la reflexión del artista de Xàtiva. El último trabajo inédito del pintor llena el viejo claustro de la Universitat de València. Grandes obras, en la mejor tradición de Heras, que demuestra la función social del arte, ese que invita a la provocación de las emociones.

Se trata de «ofrecer un antídoto al exceso de mensajes que inunda nuestras retinas», dice, porque «la pintura está históricamente asociada a la ficción y en cualquier caso, tanto en las historias inventadas como en transcripción de un hecho real se hace a través del lenguaje». Y para eso están «Caída libre» —un ahorcado con la cuerda anudada a la bandera europea—, «El monte Gurugú» —la montaña marroquí sostenida por un esqueleto sobrepuesto con un dragón—. O la serie de «Las emociones», con un «Che» sin vida al lado de un cartel de «utopía» donde el artista aprovecha la «o» para exhibir un minutero. Y también recoger en el collage «1945» la conocida imagen de los soldados soviéticos desahuciando el águila nazi que presidía el centro de Berlín.

Son solo una muestra de la propuesta de Artur Heras que reúne 400 obras de su último periodo en dos salas y que ha sido comisariada por Josep Salvador. «Las emociones» en la Sala Acadèmia y «Laboratorio» en la Sala Estudi General. La exposición recrea la «no ficción», tomada de la literatura que servía para definir la búsqueda del verismo, diferenciándose de otros géneros más hermético o escapistas. También en periodismo, autores como Truman Capote, Tom Wolfe, Norman Mailer, o actualmente Gay Talese, incorporan a los preceptos clásicos de la transparencia de la información recursos literarios de la novela, que potencian la calidad del relato, generando lo que se ha conocido como el nuevo periodístico.

En forma y motivado

«Ya no tengo 18 años», dijo ayer Heras, pero avisó que sí el mismo «entusiasmo». Así que uno de los creadores plásticos valencianos más singulares del ecosistema artístico europeo defendido que es «falso», tal y como dicen algunos, que la pintura haya perdido vigencia. No obstante, sostiene que es «imposible y no conveniente» olvidar la evolución y la ruptura de esquemas que se ha producido a lo largo del siglo XX.

Un periodo donde el artista setabense ha sido protagonista destacado, vinculado al movimiento conocido como «Crónica de la realidad». «Su renovación formal de los años sesenta, permitió que abriéramos los ojos a una realidad plural y heterodoxa, superando las dificultades que obstaculizaban la actividad creativa de aquella época», explica el comisario Josep Salvador. Y añade, que desde entonces «el artista ha recorrido múltiples caminos en los cuales ha dejado muestras evidentes de su audacia y valor para explorar los elementos esenciales de la comunicación y expresión plásticas».

«Lo que uno admira en Artur Heras es que puede subvertir el orden, realizar un panfleto antifranquista, lanzar una sátira violenta llena de humor disolvente, ser informalista, abstracto, surrealista o conceptual, pero siempre ejecuta su trabajo con una huella digital reconocible, su propio lenguaje», escribe Manel Vicent en el catálogo.

La exposición estará abierta hasta el 18 de septiembre.