La tarde debió ser un homenaje a Victor Barrio, el torero que el pasado 9 de julio entregó la vida por el toro bravo. Hacía cinco años justos que el diestro de Sepúlveda debutó en la plaza de toros de Algemesí. Aquel treinta de septiembre, Barrio cortó una oreja al primero de su lote y se lidió una novillada de Guadaira. El cartel lo completaron Emilio Huertas y el rejoneador Roberto Armendáriz. Y qué mejor homenaje para Víctor Barrio que la salida a hombros de Leo Valadez y Andy Younes, que debutaban en Algemesí, frente a una buena novillada de Garcigrande y Domingo Hernández (ambos de la misma casa ganadera) con la plaza llena.

El primero de la tarde, «Misterioso», castaño, número 29, fue sorprendentemente premiado con la vuelta al ruedo póstuma, en la que hubo división de opiniones. Leo Valadez aprovechó, sobre todo por el pitón derecho, la encastada condición de un novillo que recibió un puyazo largo pero no fuerte. El novillo tuvo como virtudes principales la duración y la calidad, pero sin finales. Las manoletinas de rodillas que pusieron el broche a su quehacer encendieron a un frío público y la estocada fue lo mejor de la labor del hidrocálido. Perfecta de ejecución y de efecto. El presidente, benévolo, concedió las dos orejas. Con el segundo de su lote dio una vuelta al ruedo en una labor intermitente frente a un astado de embestida profunda. Brindó su faena a Domingo Navarro, magnífico subalterno y persona.

Andy Younes cortó dos orejas a un importante novillo de Garcigrande. El cuarto y último de la tarde, que «hizo el avión» literalmente por el pitón derecho. La labor del francés fue consistente, profunda y de un primoroso toreo por la mano derecha con un inicio explosivo con hasta tres pases por la espalda. Muletazos largos y de mano baja frente a la clase de «Veneciano», negro, número 4, ovacionado con fuerza en el arrastre. Un golpe de descabello remendó una estocada caída. El de Arles cortó una oreja del tercero de la tarde, un animal que tuvo menos clase que sus hermanos. Younes lo llevó por el pitón derecho y por el izquierdo sobre salió un cambio de mano suave.

Emilio Mateos, mayoral de Garcigrande, saludó una fuerte ovación al final del festejo.