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El Consell tramita el BIC de una tabla del siglo XV en 24 horas para evitar su venta al extranjero

Cultura acaba adquiriendo la pieza del Maestro de Perea por 9.000 euros - Las Corts reclama la obra, que algunos daban por desaparecida desde 1936, ya que se conservó en el palacio de los Borja

El Consell tramita el BIC de una tabla del siglo XV en 24 horas para evitar su venta al extranjero

¿Quién dijo que la Administración es lenta? Lo será cuando quiere, porque lo sucedido en unas pocas horas con la tabla del siglo XV La Virgen de la Almoina, atribuida al Maestro de Perea, demuestra lo contrario. Conselleria de Educación y Cultura, ministerio, Ayuntamiento de Valencia y Corts se han coordinado en poco más de 48 horas para evitar primero la venta al extranjero (Estados Unidos) de la pieza y adquirirla después por un precio bajo (9.000 euros).

La historia empieza hace una semana, el pasado día 4, cuando salta la alerta „la lanza el director del Museo Arqueológico de Dénia„ de que la pieza sale a venta en subasta esa misma semana (el día 6). El presidente de las Corts, Enric Morera, lo comunica al director del Museo del Prado, que ya había sido informado, al de Bellas Artes de Valencia y a la conselleria.

La intervención de Morera tiene una explicación: la pieza colgó durante décadas „hay fotografías que lo corroboran„ en el hoy llamado Palau dels Borja, antes de los marqueses de Benicarló, uno de cuyos familiares sería el último propietario de la tabla, según las gestiones realizadas.

El siguiente actor en entrar en escena es la Junta de Valoración de Bienes del Ministerio de Cultura. Su secretario comunica que una semana antes habían intervenido la pieza a través de la policía, pero que el propietario poseía documentos acreditativos de su titularidad, entre ellos las fotos en el palacio.

Mientras tanto, la alerta también llega al Ayuntamiento de Valencia, por si quisiera la obra para su Museo de Historia, pero no hay dinero ni margen de tiempo, responde.

Las Corts encuentra también obstáculos para su adquisición por los trámites reglamentarios que necesita y la urgencia para actuar.

En esas disquisiciones, todas en un mismo día, llega el informe del Prado, realizado en 24 horas. Como la pieza fue encargada por el Gremi de Mestres Fariners de València hacia el año 1500 y «haber permanecido en su sede hasta la guerra civil de donde desapareció, considero que no debe salir de España», sentencia la técnica, que opina que debería comprarla el Estado y cederla a Valencia. Su estimación es que podría alcanzar un precio de unos 50.000 euros en la subasta.

El dato de que está desaparecida desde 1936 está recogido en el estudio Valencia 1900. El legado fotografiado por S. Martínez Aloy. Sin embargo, ha aparecido en catálogos y exposiciones y se inició expediente para inventariarla, datos que rebatirían esa teoría.

Ante este panorama, la solución única que encuentra la Junta de Valoración es incoar de urgencia la declaración de la tabla como bien de interés cultural (BIC) para evitar que salga de España, ya que existía un potencial comprador estadounidense.

Con este trámite, el ministerio ya puede decretar la inexportabilidad de la obra. Mientras tanto „ya es el día 5„ la conselleria da un paso adelante y expresa su interés en ejercer el derecho de tanteo en la subasta.

Finalmente, el día 6, mientras se incoa la declaración exprés como BIC, que se hace oficial al día siguiente, y al no poderse exportar la pieza, solo llega una oferta a Subastas Alcalá de Madrid por el precio de salida (9.000 euros) y el ministerio ejerce el derecho de tanteo en nombre de la Generalitat.

Por la tarde, una vez confirmada la adquisición, las Corts ya expone al Museo de Bellas Artes de Valencia, posible destinatario de la tabla, su voluntad de que regrese al palacio, hoy conocido como de los Borja, donde estuvo durante décadas.

Todo ello, incluyendo un informe de la directora del departamento de Historia del Arte de la Universitat de València sobre el valor de la obra, realizado en algo más de 48 horas.

¿Y la pieza? Es una tabla de 145 centímetros de altura por 68 de ancho al temple con fondo dorado. Necesitará restauración.

Es atribuida al Maestro de Perea, autor valenciano del Quatrocento, de la etapa de transición del estilo gótico al renacentista. Es autor del retablo de los Reyes Magos que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Valencia y que procede del convento de Santo Domingo. Fue encargada por el trinchante mayor de Fernando el Católico Pedro de Perea, que aparece retratado en el tríptico, de ahí que se use este nombre para identificar al anónimo autor valenciano del siglo XV.

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