«Pero di que es un ensayo abierto, un miniembrión», pide Sol Picó cuando se le pregunta qué se verá exactamente hoy en el Teatre el Musical (19:00) de su nuevo espectáculo, Dancing with frogs. La programación del IETM, el encuentro internacional de teatro alternativo que se celebra en Valencia hasta el domingo, advierte de un work in progress de la coreógrafa alcoyana y ella acota el significado: «Llevo con los bailarines día y medio, unas 14 horas de trabajo con ellos».
Sin embargo, cualquier rendija abierta a su nuevo proyecto basta para que se cuelen las expectativas en torno a una artista a la que suele acompañar la etiqueta de transgresora. «A mí me da risa, porque la transgresión siempre depende de los ojos que te miren: habrá quien vea mi espectáculo y le haga gracia que me llamen transgresora, y otros que sí que verán algo...» se desprende.
Lo que le interesa realmente a Picó en este espectáculo es profundizar en la cuestión de la masculinidad, en «cómo es el hombre del siglo XXI». No es una idea espontánea, sino que entronca con uno des sus último espectáculos, We women, en el que reflexionaba sobre la mujer contemporánea y su papel en la sociedad. Ahora, al abordar al hombre, apunta: «No me centro tanto el machismo, la violencia, sino en por qué; por qué es así el hombre: las razones históricas, biológicas...», explica la coreógrafa que, a pesar de esto, recuerda que las diferencias sociales se manifiestan en detalles como que este nuevo espectáculo, que apenas gatea, haya despertado más interés que el anterior, en el que reflexiona sobre la mujer. «Porque de la mujer siempre se habla, todos los días. Ahí tienes lo último de Donald Trump», incide Picó. No se refiere únicamente al machismo explícito, sino a que, al final, el hombre impone el discurso.
Aunque su espectáculo aún es un «conjunto de imágenes» destartaladas, Picó asegura que empieza a encontrar un discurso, aunque no advierte muy bien hacia dónde. «Pero trabajando con ellos (los bailarines) me voy dando cuenta de cosas que ellos no perciben...», desliza la coreógrafa. Por lo poco que se sabe de su obra, Picó pretende bailar con hombres lumbersexuales, andróginos, metrosexuales... Estereotipos de un nuevo orden.
La coreógrafa, por otro lado, disfruta trabajando con compañeros masculinos: «Es muy divertido cuando se relajan, porque sacan al niño pequeño que tienen dentro, ¿sabes? Es como si tuvieran que estar siempre en acción».
El «gran mercado» del IETM
No es el primer encuentro de la red internacional de teatro alternativo al que acude Picó, que define la cita «como un gran mercado de compraventa», en este caso de proyectos teatrales, en el que exponer tu trabajo y esperar que «suene la flauta». Ella, por su parte, espera poder traer a Valencia Dancing with frogs (coproducido por Mercat de les Flors y Temporada Alta) cuando ya esté acabado, si es posible, para mostrarlo junto a We women.
