A Joan Fuster, noctámbulo empedernido, la hora le habría parecido intempestiva: las diez de la mañana, demasiado pronto para un hombre a un batín pegado hasta bien entrado el día. A Fuster, el escritor que convirtió su casa de Sant Josep, 10, de Sueca en una meca para la tertulia valencianista y literaria, abierta a todos y alejada de cualquier interiorismo estético y moral, el galardón le habría hecho sonreír: su hogar, convertido en atractiva casa-museo, es reconocido con el primer Premio Portada del Mes de Levante-EMV, distintivo sucesor de los Premios Importante tras 27 años de historia.

Eso sí: la inusual matinada quizá le hubiera compensado al autor de «Diccionari per a ociosos» al ver en el acto a un presidente de la Generalitat, un conseller de Cultura, un presidente de l´Acadèmia Valenciana de la Llengua, una alcaldesa de Sueca, una directora general de Cultura y la plana mayor del principal periódico de su tierra, todos volcados en destacar su figura y dar relevancia al nuevo Museu Joan Fuster que Sueca inauguró en enero para honrar, en palabras de Ximo Puig, «al último ilustrado que los valencianos hemos tenido y que hemos de tener presente en este tiempo de catástrofes contra la ilustración».

Si hay una palabra que marcó el acto de entrega de esta Portada del Mes de Enero es la de «normalidad». La pronunciaron todos en sus discursos. Normalidad de que Joan Fuster tenga ya un museo en su inseparable ciudad natal. Normalidad de que este periódico reconozca la figura de quien fue colaborador suyo. Normalidad de que las instituciones pongan en valor su figura, sin miedo a prejuicios ni al qué dirán de otros tiempos ya pasados.

Julio Monreal, director de Levante-EMV, destacó que los casi 25 años transcurridos desde la muerte de l´homenot de Sueca han sido «demasiado tiempo» para que su casa se haya transformado en museo en el que «ordenar y exponer el gran legado del escritor y ensayista de Sueca». Una iniciativa necesaria, dijo, para «conocer, difundir y honrar la vida y la obra de uno de los autores valencianos y españoles más importantes del siglo XX. Un intelectual decisivo -añadió- como asume este periódico al iniciar con él la nueva senda de galardones mensuales bajo el nombre de Premio Portada del Mes de Levante-EMV». Monreal ensalzó la figura de un pensador que fue «un adelantado a su tiempo y un faro de modernidad y compromiso con su tierra: los mismos valores que intentamos proyectar cada día desde este periódico».

La portada especial -que es el nuevo galardón mensual- fue recibida por Francesc Pérez Moragón, escritor y director de l´Espai Joan Fuster. «Tot està per fer i cal començar a treballar», dijo tras expresar su agradecimiento el nuevo casero de Sant Josep, 10. La alcaldesa de Sueca, Raquel Tamarit, puso énfasis en el «enorme valor» que le otorga al Premio Portada del Mes «por lo que significa de normalidad absoluta». «Ya era hora de que llegara el reconocimiento de las instituciones. Ya era hora de que la normalidad se restaurase», dijo.

«No us feu il·lusions...»

Fuster, un gran autor de aforismos que rasgan las entrañas, dejó una cápsula hipercrítica con toda autoridad: «No us feu il·lusions: el poder canvia de mans, però rarament vacil·la». En esto tenía razón. El nuevo poder autonómico no ha vacilado con respecto a la figura de Fuster, arrinconada en el baúl de los miedos y prejuicios durante mucho tiempo. El president Puig fue claro en su reivindicación: «Si hay un intelectual valenciano que ha superado las fronteras desde la Ilustración ha sido Fuster. Fue -sostuvo el jefe del Consell- una persona comprometida con su país. Un ensayista enorme capaz de describir el mundo cultural de su tiempo. Y haciéndolo todo desde Sueca».

Para el exalcalde de Morella esa es una cuestión central. «Si se hubiera marchado a Barcelona habría tenido mucha más repercusión. Pero si fue fiel a alguna cosa en su vida, fue a Sueca. Y la convirtió en una especie de santurario al que iban todos a ver...». Y en ese momento de vacilación verbal, desde el otro extremo de la mesa el periodista Jesús Civera no pudo callarse y exclamó: «¡Al papa!». «El profeta, més que endevinar, provoca», escribió Fuster.

«Ese peregrinaje [a Sant Josep, 10] podrá continuar ahora con la inauguración del Museu Joan Fuster», recalcó en la tertulia posterior al premio el presidente de la Acadèmia, Ramon Ferrer. El conseller de Cultura, Vicent Marzà, quiso explicitar y subrayar su agradecimiento al president Puig por las palabras que había tenido. «Es importantísimo tener un presidente como él. Porque estas cosas las hacen normales las personas que están al frente». También destacó «el paso de Levante-EMV» por «la apuesta» del galardón en esta nueva serie. El desayuno siguió. Joan Fuster, como él mismo ironizaba, se convirtió en «la mesura de totes les coses». Él escribió una vez: «Al capdavall, la mort no consisteix únicament a morir-se. És morir-se i ser oblidat. A la curta o a la llarga, oblidat». Con l´Espai Joan Fuster y su museo, con su obra reivindicada, ese olvido queda postergado. Lo atestigua una portada.