Una pareja de personas mayores pasean por una ciudad destruida por las bombas. Andan cogidos de la mano en un paseo que evoca una tarde de domingo. Enfrente, un anciano en traje y corbata escucha una sintonía en un gramófono antiguo desde su cama en Alepo. Su habitación ha sido escenario de un bombardeo y por la ventana puede verse una ciudad que ya no existe. Son dos de las fotografías que acompañaron la sesión inaugural de la VII edición del Festival PhotOn, que abrió ayer sus puertas en Valencia con el objetivo de «sacar el fotoperiodismo a la calle y hablar de todo aquello que ya no ocupa titulares». Desde Siria, Honduras, Etiopía y Cuba hasta las calles de Valencia, este festival de fotoperiodismo se consolida con una edición llena de novedades que llenará la ciudad de arte y denuncia hasta el 6 de mayo.

Durante esta semana ofrecerán ciclos de exposiciones, conferencias y proyecciones gratuitas y abiertas a todos los públicos. «Queremos que sea así porque la fotografía no es para los fotógrafos, es para todos, y esta año nuestra apuesta más fuerte es que llegue al ciudadano», asegura Tania Castro, directora del festival. Para ello, han apostado por una colaboración con la Empresa Municipal de Transportes (EMT), aprovechando que el autobús es «un escaparate natural a la ciudad».

Veinte marquesinas serán el expositor de la obra del fotógrafo valenciano Joaquín Collado, que retrató la ciudad de los años 70. Las instantáneas contarán la historia a través de su mirada y jugarán con el contraste de unas imágenes en blanco y negro paradas en medio de una ciudad del siglo XXI que vive a todo color. Castro aseguró que se trata de un homenaje merecido a un fotógrafo «de toda la vida» que nunca ha tenido reconocimiento. A Collado, que asistió al acto inaugural, le «entusiasma que esas fotografías vayan a llegar a tantas personas».

Esta apuesta por los escenarios urbanos también estará representada en una exposición de 25 imágenes de gran formato en diferentes paradas de metro de la ciudad, en las que se reflexionará sobre el concepto «hogar». El resto de actividades tendrán lugar en La Nau, sede del festival, y en el Centro de Cultura Octubre.

Un espacio para los olvidados

Durante la inauguración del festival, también se han criticado las malas condiciones laborales de los fotoperiodistas en España que tienen que «trabajar en el extranjero para poder sobrevivir». En esta línea, uno de los objetivos es ofrecer un espacio para que estos profesionales puedan mostrar «todo aquello que no publican los periódicos». Se refieren, por ejemplo, a los conflictos olvidados, «esos que copan titulares durante un par de días y de los que no se habla más». De la mano de las fotografías de Joseph Eid y Natalia Sancha, esta edición se centra en recordar «aquellos que no pueden huir de la guerra, que por falta de dinero deben convivir con el horror». Ambos fotógrafos muestran la vida cotidiana de las personas que siguen en Siria y hablarán sobre ello en una conferencia el próximo sábado.

En la Nau se expone también una exposición de Javier Arcenillas sobre la violencia en Honduras, una muestra de fotografías duras en la que se visibiliza el horror de compartir una vida diaria con la violencia. Participarán también fotógrafos españoles reconocidos como Santi Palacios o Nuria López.

En esta edición, la directora ha querido destacar el esfuerzo por internacionalizar el evento y la ciudad, «que Europa llegue a Valencia y que Valencia salga a Europa". Para ello, contarán con un visionado gratuito de portafolios de artistas de todo el continente y con visitas de directores de festivales internacionales como el de Rumania.