«Verónica» es una película de terror, pero está inspirada, como aliciente aterrorizador, en no una historia real, sino dos. Los hechos que relata Paco Plaza son una fusión de dos sucesos que acontecieron en 1991 y 1992 en Madrid y que la Polícia no pudo esclarecer. El primero es el caso de una adolescente, que, como Verónica (Sandra Escacena) hizo una sesión de «ouija» y empezó a experimentar situaciones extrañas. Tras su muerte, «súbita y muy sospechosa» según los médicos, los episodios no cesaron. La segunda historia se trata del «caso Embajadores», en el que una familia vivió, debido a una «presencia», episodios paranormales que les aterrorizaron.