El paladar valenciano se enriquece cada día con nuevas y sorprendentes propuestas. Tres de ellas son Tarongino, Biomenú y La Colmena que dice sí. No busquen su restaurante porque tendrá que seguir su pista de otra manera.

Estas tres propuestas se dieron ayer cita en «Els matins de Rambleta», una iniciativa que cada mes reúne en el espacio sociocultural a tres jóvenes para poner en común sus proyectos ante un público ávido de nuevas vías y forma de expresar su creatividad. Los tres demuestran que se puede llegar a la mesa de los más exigentes más allá de cuatro paredes.

Desde Tarongino, Guillermo Antelo explicó que fabrican el primer vino de naranja. La idea surgió tras registrar «pérdidas» en los campos familiares. Ese bache les animó a apostar por «diferenciarnos», explicó Antelo. «Los clientes fueron creciendo», dijo orgulloso. Tanto que «podemos decir que podemos vivir de la agricultura». Pero los comienzos no fueron fáciles. Recordó los primeros experimentos. Se lo daban a beber a amigos y conocidos. «Algunos nos decían que sabía a medicamente», dijo ayer entre risas. Poco a poco, fueron afinando hasta conseguir el vino más suave que es hoy en día. Aunque aseguró que situar el producto es «complicado», Antelo destacó que su principal cliente son las tiendas gourmet y los extrajeros que visitan València y quieren llevarse un recuerdo.

Por su parte, José Vicente Pérez es uno de los representantes de La colmena que dice sí, una plataforma de compra directa de alimentos a los productores y elaboradores locales. Pérez destacó que todo lo que se compra a través de esta plataforma, de origen francés, «es sostenible y libre de pesticidas», pues se compra sin intermediarios. Sobre la posibilidad de trabajar con restaurantes, Pérez apuntó a que, «aunque es difícil entrar, los cocineros son consciente de la calidad de nuestros productos».

Por su parte, Alicia Toledo representó la iniciativa Biomenú, un proyecto asociativo en el que cocineras elaboran y llevan a casa platos saludables. En su elaboración solo emplean ingredientes sostenibles, es decir, de la tierra y de temporada. «A los usuarios les pedimos una antelación en la petición del menú de, al menos, 24 horas, para poder aplicar criterios de calidad», señaló Toledo.

Los tres valoraron y defendieron los productos de calidad para llegar a una alimentación saludable y apuntaron a que cada vez la sociedad está más sensibilizada con lo que come.

«València es un hervidero de propuestas culinarias innovadoras. Empieza a ser agotadora la lista de quienes abren un local dispuestos a acelerar el pulso de la ciudad con un buen plato o un trago emocionante. Los hay, también, que no necesitan un espacio físico fijo para agitar el paisaje gastronómico», señalan desde Rambleta.