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Música

"Todos tenemos miedo a la hora de programar; no conozco la fórmula mágica"

El valenciano Roberto Forés dirige hoy a la Orquesta de València y a la soprano Ofelia Sala en el Palau de la Música con obras de Rachmáninov, Mahler y Mozart

"Todos tenemos miedo a la hora de programar; no conozco la fórmula mágica"

El valenciano Roberto Forés sube hoy al escenario del Palau de la Música para dirigir a la Orquesta de València (OV) y a la también paisana y soprano Ofelia Sala. Es, como él mismo dice, un concierto «de primeras veces», ya que debuta en la temporada de abono del auditorio. Abordarán la Sinfonía número 1 de Rachmáninov (primera vez que la OV la interpreta); la pieza «Blumine», que formaba parte de la primera sinfonía de Mahler, y obras de juventud de Mozart.

«Va a ser un concierto con mucha energía, con mucha juventud porque todas las obras fueron compuestas cuando sus compositores eran veinteañeros, son obras muy vitales y con la fuerza de la juventud», dice Forés.

Para el director valenciano, actual titular y artístico de la Orquesta de Auvèrnia en Francia, es un «gusto» rodearse de artistas valencianos y «poder hablar no solo de música, sino de la familia y la tierra», comenta entre risas.

Pero él se ha ido lejos de casa. Sobre su éxito en el país vecino, sostiene que «triunfar no se triunfa nunca, hacemos camino y cada uno encuentra el suyo. La idiosincrasia de este país es que los jóvenes tengan que salir para encontrar un futuro, no te lo voy a negar», lamenta.

Desde su perspectiva, «desde Francia y todo el mundo, por lo que yo viajo, me encuentro a músicos valencianos en todas partes: Tokio, Hong Kong, Londres, Alemania,... Han tenido que salir para tener su trabajo y desarrollar su carrera. Los músicos valencianos, y españoles en general, gozan de muy buena salud, cosa que no refleja lo que es el sistema, en el que la música esta menospreciada».

Conciertos en tres continentes

Por ahora no pone su mirada en volver a València. «Mi vida no esta focalizada en eso. Me gustaría venir más, sí, vendría a gusto pero mi vida no está centrada en eso. En los próximos cuatro meses toco en tres continentes. Aunque si lo piensas sí estaría bien venir a ensayar en bici e irte a casa y no a un hotel», explica entre bromas. Su nombre fue uno de los que sonó en las «quinielas» cuando se buscaba director titular para la OV y lo sabe. «Me lo hicieron llegar. La información estaría sustentada en algo verídico y real pero nadie me contactó», recuerda.

Al respecto, no sabe lo que hubiera hecho si se le hubieran «insinuado». «Si me hacen una propuesta en València, o donde sea, uno lo estudia y se lo plantea y luego decide. Que te valoren en cualquier campo está bien. A nadie le amarga un dulce. Pero me lo hubiera planteado porque en Francia estoy muy bien. De todos modos estamos hablando de hipótesis», zanja sobre el tema.

A la OV la ve «work in progress», dice. «Veo una orquesta concentrada, que deja que el maestro trabaje, que mejore el nivel, que en su mayoría se implica en el programa de la semana... Veo una base de trabajo importante para avanzar en esta nueva etapa».

Para estos nuevos tiempos, con Ramón Tebar al frente de la OV, Forés desea al conjunto residente del Palau «que le vaya muy bien, porque esta orquesta es la mía, he trabajado aquí ocho años», recuerda. Asegura que Tebar y la OV son un «binomio» y que lo bueno que hagan juntos será «bueno para la cultura valenciana, para València, para la reputación de la orquesta y la carrera de Ramón».

Sobre la percepción «elitista» que el gran público puede tener sobre la música clásica, Forés pide a su público que «sea activo, inquieto, que tenga curiosidad, que vaya a los conciertos no porque sea chic o viste o porque se interpreta un Mozart, sino que vaya porque hacemos algo que no conoce y además con buenos precios. Creo que el Palau empieza a hacer ese trabajo. Que el público venga a escuchar algo nuevo, que esté ávido de cosas nuevas. La música no es élite ni un gueto. Es un campo abierto al descubrimiento», asegura.

Sobre los riesgos en la programación, aún sabiendo que en ocasiones puede no llenarse un auditorio, Forés destaca que «todos tenemos miedo, yo también cuando programo en mi orquesta; no conozco la fórmula mágica, pero intentamos equilibrar. No hay que menospreciar al público y si este compra un producto que no sea con mucho maquillaje».

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