Enric Pastor, «Pastoret», murió el pasado domingo, llevándose con él una parte importantísima de la cultura musical valenciana, aquella que no está grabada en discos ni escrita en partituras, sino que pertenece al momento efímero de los recitales de «cant d´estil», de las noches de «albaes», de los homenajes, fiestas y celebraciones populares. Hace justo dos años «Pastoret» anunció su retirada tras más de 50 años como figura del «cant valencià». En mayo de 2016 recibió el homenaje de la Associació d´Estudis del Cant Valencià (de la que había sido fundador) en un concierto en el que actuaron algunos de sus compañeros de quinta y muchos de sus discípulos. «He vivido mucho gracias a la música, pero ahora es el momento de descansar», explicaba entonces Enric Pastor en una entrevista a Levante-EMV.

En aquella entrevista recordaba Enric Pastor cómo comenzó su carrera a los 19 años en un conjunto de música tradicional valenciana que ensayaba cerca de su casa, y que sólo un año después ya había ganado su primer premio en un concurso para cantantes noveles de la Junta Central Fallera. «En aquel tiempo el canto popular podía ser rentable. Algunos compañeros músicos me han dicho más de una vez que podía haberme especializado más en géneros como el lírico, donde podría haber desarrollada más mi capacidad vocal».

Discípulo del Manuel Marzal, el Xiquet de Mislata, en 1966 Pastor creó su propia formación. Desde entonces actuó en certámenes internacionales, participó en «cantaes» históricas y en las tres antologías del «cant valencià» celebradas al Teatro Principal de València; grabó el «Himne Regional» y decenas de temas relacionados con las fiestas y las tradiciones valencianas, además de los himnos del Valencia CF y del Levante UD.