El Racing Club evitó ser timado el pasado verano por una red de estafadores, que intentó adquirir la titularidad de los pagarés de 7,2 millones que había emitido el Valencia al club cántabro por parte del traspaso del delantero Nikola Zigic, el pasado mes de julio. Los integrantes de la red de fraude financiero, desarticulada ayer en Barcelona, se pusieron en contacto con el Racing tras tener conocimiento de que la entidad santanderina buscaba entidades financieras o inversores particulares para descontar ese pagaré , vistas sus necesidades económicas entonces. El objetivo del grupo era cambiar la titularidad de los cheques sin abonar el dinero, que supuestamente iba a adelantar a cambio de unos intereses.

La operación, eso sí, nunca hubiese perjudicado al Valencia. Zigic llegó al club de Mestalla en verano de 2007, a cambio de 18 millones de euros, de los que parte quedaron pendientes y que fueron renegociados tras volver cedido al Racing. La entidad que preside Francisco Pernía acabaría cobrando en agosto de 2009 ese dinero que finalmente ingresó el Valencia, como ayer mismo confirmaron ambos clubes.

Tras unas primeras conversaciones telefónicas, dos de los supuestos miembros de esa red viajaron a Santander, se reunieron con el Racing y designaron a unos abogados con los que, a partir de ese momento, se negociaron las condiciones del acuerdo financiero. En la operación iba a participar una entidad de intermediación financiera de Nueva Zelanda con la que los presuntos estafadores decían trabajar, pero que, en realidad, era una sociedad pantalla a la que habían creado hasta una página de internet con una serie de datos e informaciones para ofrecer una apariencia de solvencia.

El mismo día en que el Racing y los supuestos inversores iban a firmar el contrato en la notaría, estos últimos telefonearon al club para decir que había "un problema" para formalizar simultáneamente el endose del pagaré y el cobro de la cantidad pactada. De hecho, pretendieron que el club les traspasara la titularidad del pagaré con la promesa de que el dinero llegaría en 48 horas, cosa que el Racing rechazó. "Nunca íbamos a entrar en una operación si no era simultánea y con presencia en la notaría de la entidad que iba a intervenir", señaló uno de los representantes del Racing en las negociaciones, que tuvo la sensación de estar ante un "tocomocho".

El Racing no volvió a tener noticias de esas personas hasta dos o tres semanas más tarde, cuando se puso en contacto con el club una comisaría de Policía en Barcelona para preguntar si conocían a esas personas y qué tipo de negociaciones habían tenido con ellas, ya que estaban bajo investigación. Los supuestos inversores que trataron de estafar al Racing formaban parte de una red que desde 1999 ha defraudado más de 20 millones de euros mediante complejas operaciones financieras. Entre los cuatro detenidos en la operación, figura el presunto "cerebro" de la red, que se dedicaba al cobro fraudulento de cheques bancarios y a la creación de sociedades pantalla para el blanqueo de capitales, así como a la simulación de páginas web para el cobro de transferencias. A principios de 2009, se inició la investigación que ha permitido el desmantelamiento de la banda, cuyo cabecilla llevaba un elevado tren de vida junto a su esposa pese a no tener declarados ingresos ni propiedades en Hacienda.