Un socio y accionista del Valencia y el jefe de seguridad del Primer equipo, a la sazón, el padre de David Silva, protagonizaron ayer un desagradable incidente en la Ciudad Deportiva. El aficionado, Jose Fernando Navalón, se coló junto a sus dos hijas y cuatro nietos en la recepción del edificio central de la Ciudad Deportiva, un espacio privado al que sólo acceden los jugadores y empleados del club. Ayer, se daba la casualidad de que en este espacio aguardaban a algunos jugadores sus familiares y Navalón pretendió también gozar de ese privilegio.

Fernando Jiménez, encargado entre otras cosas de limitar la entrada a este espacio, instó a la familia de Navalón a retirarse de este lugar y el aficionado reclamó su derecho por ser precisamente socio y accionista. Y ahí se armó la trifulca. Tal que, Navalón recibió un empujón y posterior bofetón por parte de Jiménez -las gafas saltaron por el aire-. Navalón, con una pequeña erosión en la nariz y otra en la ceja, empezó entonces a insultar al padre de Silva. Alertado por los acontecimientos, Emery se acercó para calmar los ánimos.

Convertido en protagonista, Navalón relató su versión, una y mil veces, ante los medios de comunicación. Ante el revuelo, el club decidió invitar al socio y a sus familiares a entrar en el interior del recinto para que se calmaran los ánimos. Sin embargo y tras ser atendido, Navalón anunció que iba a denunciar lo ocurrido. "No perdono la actitud chulesca del señor (Jiménez) aunque me ha dicho que estaba muy nervioso. Sé que entré en una zona limitada pero soy socio y accinista. Hablaré con mi abogado y lo denunciaré", anunció. Anoche, el afectado -aquejado por un fuerte dolor de cabeza- guardaba silencio por recomendación de su abogado.

Desde el club, se trató de quietar hierro al incidente y, el jefe de seguridad, anunció que se abriría una investigación para esclarecer lo ocurrido.