¿Entró? ¿Out? La edición de este año del Valencia Open 500 ya no admite dudas. Por primera vez en su historia, el torneo incorpora la tecnología del 'ojo de halcón' para determinar si la pelota es buena o no. levante-emv.com ha tenido acceso a la 'sala de máquinas' para mostrar todos los detalles del sistema.

El 'ojo de halcón' es básico para juzgar correctamente el destino de una pelota, eliminando la influencia que los árbitros puedan tener sobre el juego. Así, el Ágora se ha rodeado con cuatro cámaras ubicadas en los ángulos más estratégicos y conectadas a un sistema operativo central.

Las imágenes captadas son elaboradas por la computadora y se reproducen luego gráficamente determinando la trayectoria y el lugar exacto donde cae la pelota. El jugador tiene un número determinado para hacer uso del pedido de repetición de una jugada dudosa, con el fin de que los partidos no sean cortados sucesivamente y el juego pierda dinamismo.

Los sistemas están basados en cálculos de triangulación a partir de imágenes visuales y mediciones de tiempo proporcionados por las cámaras de vídeo de alta velocidad.

Un procesador de alta velocidad recibe los datos y reconoce en las imágenes la pelota de tenis y calcula su trayectoria. Para ello necesita un modelo del área de juego, la posición de las cámaras y su lugar de enfoque. Como resultado, calcula la posición en 3D de la pelota para cada imagen.

El origen

La necesidad de utilizar la tecnología surgió de los propios jugadores, y el momento clave fue un partido entre Jennifer Capriati y Serena Williams en el US Open de 2004, donde la jugadora estadounidense reclamó una serie de bolas que la televisión confirmó que tenía razón, por lo que el debate sobre la introducción de la tecnología en el tenis se vio abocado al 'sí'. Dos años más tarde, en 2006, se empezó a utilizar en el circuito profesional.