La final de la Eurocopa se quedó ayer a solo seis puntos. El Valencia Basket Club ganó al Lokomotiv Kuban (63-68), pero no con la holgura suficiente como para contrarrestar la renta negativa de la ida. Los diez tantos en contra se antojaba una cuesta complicada de superar, como así fue. La ausencia del lesionado Vitor Faverani, y el contratiempo con Doellman y Pietrus en el segundo tiempo se erigieron en escollos insalvables para un equipo que pese a ello creyó siempre en el milagro. También Lischuk sufrió una espectacular caída en la recta final del encuentro, con lo que el compromiso continental deja demasiadas secuelas. A la vuelta de la esquina aguarda la liga ACB, con dos rivales de la entidad del FC Barcelona y el Real Madrid. Pese a ello, el conjunto de Velimir Perasovic llegaría a igualar la eliminatoria a falta de cinco minutos. La remontada la neutralizaron Nick Calathes (19 puntos) y Jimmy Baron (9).

La final de Charleroi queda pues ahora entre el Lokomotiv y el Uxue Bilbao, que de no mediar ninguna debacle hoy sellará su clasificación en casa. El colchón de puntos obtenido hace una semana en la pista del Budivelnik Kiev (83-93) parece suficiente. Con la eliminación de ayer el Valencia BC dice adiós al sueño de la Euroliga, al menos por la vía europea. Otra cosa es el camino de la liga española, aunque se sabe casi una utopía. El choque de ayer sirvió para corroborar la evidencia de que Perasovic necesita refuerzos urgentes para encarar el tramo decisivo del campeonato nacional con garantías. Las eliminatorias por el título requieren algo más que voluntad.

La duda es qué hubiera ocurrido ayer de no mediar las lesiones de Doellman, Pietrus y Lischuk. Cuando más presión tenía el conjunto ruso, Calathes asumió su condición de estrella del equipo y con ocho puntos seguidos sostuvo a los locales. El Valencia BC, lejos de desmoronarse, no se rindió y con un triple de Kelati entró en el último minuto con siete de ventaja y a cuatro puntos de sellar su pase a la final. En la guerra de tiros libres que se convirtió el último minuto, Ribas prolongó la esperanza hasta el último segundo, pero el Lokomotiv encontró en Jimmy Baron a una referencia infalible y seis tiros suyos significaron el billete para Charleroi.

Duro trabajo para Perasovic

Perasovic, al término del encuentro, felicitaba al rival "por su clasificación", pero mostraba su inconformismo por el resultado. "A pesar de nuestra lucha en el rebote, carecimos del poder y la energía para evitar los 10 puntos de diferencia del primer partido", dijo. Perasovic reconocía el pesado lastre de la ida, que había sido imposible superar ayer. "Todo les favorecía. Nosotros fallamos mucho en defensa mientras su ataque fue mejorando poco a poco. De todos modos, el equipo merecía pasar a esta final. Todo el mundo ha visto que el equipo ha luchado hasta el final", insistía el técnico croata, consciente de que ahora le espera un arduo trabajo para recomponer a una plantilla tocada física y psicológicamente. El próximo lunes han de enfrentarse al Barça en un partido que no augura facilidades.