El sol declinaba y el repertorio de chistes fáciles no acababa. Los turistas ingleses recordaban que tenían que volver a la Marina Alta (muchos, como no había ninguno de los suyos, ya se habían marchado). Y, mientras tanto, el francés Raphaël Jacquelin y el alemán Maximilian Kieffer seguían erre que erre, intentando desempatar. Que en la empresa les iba mucho: no era lo mismo ganar 250.000 euros que 130.280. En el tercer desempate ya se había rendido el chileno Felipe Aguilar. Pero estos seguían y seguían. Con golpes que rozaban la gloria. Pero así siguieron hasta el noveno. Ahí se impuso el francés; sin duda, mucho más experto, pero que lo tuvo casi perdido ante un alemán que debuta este año en el Circuito Europeo. Los tres pasan a la historia al igualar el desempate más largo de la historia del golf continental, junto con el protagonizado por Olazábal, Roger Chapman y Ronan Rafferty en 1989.

Con esa emoción acabó el Open de España, un torneo sustentado por el patrocinador principal y las instituciones valencianas. Un torneo en el que se ha disfrutado de buen golf pero con el que no hay que engañarse: es un buen torneo, pero poco más. Para que vengan los buenos de verdad hay que poner el dinero que se pone en el Golfo Pérsico, Turquía, Corea, China o, por supuesto, en Estados Unidos. Si no, es un torneo de jugadores dignos, pero nada más. Si sirve de comparación, este torneo no tiene nada que ver, cualitativamente, con el Open 500 de tenis.

Bastante es que han estado los Molinaris y Manassero o Gonzalo Fernández Castaño, todos ellos un poco pasados de rosca, y Sergio García, quien ayer se dio cuenta que si hubiese venido con un poco más de gas, podría haber ganado con facilidad. Ayer empezó a recortar mientras a otros les temblaban las piernas (el líder Marc Warren se vino abajo de forma estrepitosa en los hoyos 17 y 18). Pero, como él mismo reconoció, «al empezar desde atrás no tenía ningún margen de error». y éste llegó con un doble boguey en el hoyo 16 y un boguey en el 17. Ahí se acabaron las opciones. «Lo he disfrutado hasta cierto modo. Vengo de una semana dura, con la gasolina en reserva. Ha sido un Open bonito de pelear porque ha sido difícil y es el tipo de torneo que me gusta jugar, aunque hubiese preferido haberlo acabado un poquito mejor». Con su duodécimo puesto consolida su liderato en la Carrera a Dubai, la clasificación general del Circuito.

Carlos Aguilar acabó muy dignamente su sueño. Remontó 14 posiciones para quedar en el puesto 56. Ha ganado 4.530 euros, el doble de lo que ha recibido tras jugar aceptablemente bien en dos torneos del Challenge Tour en India y Kenia. Es la diferencia de jugar en la primera o la segunda división.

José Manuel Lara volvió a empezar torcido, hizo una genialidad con un eagle pero, al final, se quedó prácticamente donde estaba, en el puesto 70, insuficiente aún para sus necesidades.