El joven de 23 años que fue detenido en Sagunt tras ser acusado de amenazar de muerte al árbitro de un partido de fútbol de segunda regional se enfrentó ayer por ello a un juicio de faltas, al que acudió con dos testigos para intentar acreditar que el "sólo insultó" al colegiado. Finalmente, únicamente uno de ellos declaró "por decisión de la juez", como explicó el mismo aficionado a Levante-EMV después de salir del juzgado confiando en que el hecho de haber llevado dos testigos que ratificaban su versión de los hechos juegue a su favor pues, tal y como apuntó, "el árbitro acudió sin ninguno, diciendo que no había tenido tiempo".

El arrestado es un jugador del Playas Sagunto que el pasado domingo no había sido convocado y siguió el partido contra el Andiamo Vila-Real desde las gradas. Aunque admitió haber insultado al árbitro "al estar frustrado por su actuación", insistió en que no fue él quien lanzó un objeto y dañó al colegiado, que es lo que llevó a suspender el partido y provocó los mayores reproches por parte del luego detenido, como éste último admitió a este rotativo.

El delegado y secretario del Playas Sagunto, Francisco José Laguna, negó a este diario que el colegiado recibiera amenazas de muerte, como se refleja en las alegaciones que ha presentado al comité de competición, denunciando además que el equipo rival hizo una alineación incorrecta ya que un jugador disputó el encuentro a pesar a estar sancionado.

En el acta del partido, sin embargo, el árbitro afirmó haber recibido amenazas de muerte desde el público, tanto durante el partido como al dirigirse a vestuario después de suspender el encuentro tras ser alcanzado por un fruto "duro, del tamaño de un kiwi" y estar "preocupado por su integridad física". En su relato, mantuvo la misma versión que llevó a la policía nacional a detener al espectador y dejarle casi 24 horas en el calabozo.