La victoria, con más sobresaltos de los merecidos, en Sankt Gallen deja al Valencia en dieciseisavos de final de la Liga Europa y supone un paso más en la sólida recuperación del equipo de Miroslav Djukic. Muy superior a su rival, el triunfo fue una lección de madurez en un equipo al que se ha acusado de ser demasiado tierno. El Valencia se rehizo de sus escasos errores propios, pagados con el excesivo 2-1 para los suizos, para sumar su primera remontada del curso. Y todo sin renunciar a un estilo de juego combinativo, elaborado con paciencia y eficacia por Canales, autor del tercero, y Parejo. Piatti se sumó con dos goles de oportunismo con los que se rehabilita definitivamente.

El Valencia tenía clara la lección. Intentó resolver por la vía rápida, al igual que en Mestalla, con disparos desde media distancia para probar al meta Lopar, muy inseguro en Valencia. La fragilidad defensiva suiza, sobre todo por el centro, regalaba constantes opciones de chut. En doce minutos los blanquinegros lo probaron hasta en cuatro ocasiones. La iniciativa era claramente visitante y el Sankt Gallen muy apoyado por su público, contrarrestaba con balones largos, la velocidad por banda de Lenjani y los centros de Rodríguez. El dominio valencianista parecía bajar en su intensidad y, además, Fede, muy activo, abandonaba el terreno de juego con un esguince.

En el lugar del canterano salió otro argentino, Piatti, que sigue recuperando el terreno y el tiempo perdidos a grandes zancadas. En su primera aparición el Duende abrió el marcador. Acudió velocísimo al rechace del segundo golpe franco que, en cuestión de pocos minutos, Canales había estrellado en el poste, tratando de marcar el mismo gol que cerró la goleada en Mestalla. En este Valencia, necesitado de que todos sumen, la reincorporación a filas de Piatti es una gran noticia. Apenas siete minutos duró la renta. El Sankt Gallen empató en una jugada de pizarra. Córner en corto, centro de Rodríguez, la toca de cabeza en el palo largo el central Montandon y otro zaguero, Besle, remacha con intimidación ganando el duelo a Ricardo Costa.

El partido siguió movido, demasiado vivo. Los de Djukic pudieron adelantarse con el penalti de libro (con roja directa) de Montandon sobre Jonas. El brasileño lanzó rasa y colocada pero Lopar le adivinó la idea. El Sankt Gallen se replegó y Djukic confió a Parejo la tarea de abrir el muro. Una pérdida del de Coslada fue aprovechada por Karanovic, que con una conducción veloz dejó atrás a Ricardo Costa y remachó ante Guaita. El estadio se venía abajo con un resultado que no daba cuenta de la realidad. Sin colgar balones, con Canales tocando con paciencia y la cabeza levantada, el Valencia se repuso. Después de varias ocasiones erradas, Piatti empató en una jugada de tiralíneas, iniciada por Parejo y trufada en varias paredes por Canales y Postiga. Crecido, el cántabro colocó el tercero con un bello zurdazo. Un golazo para olvidar tanta lesión reivindicar el talento del líder anhelado.