Se ha repetido hasta la saciedad en todo tipo de debates, crónicas y artículos, pero, no por ello deja de ser menos verdad. El gol, ese momento de éxtasis, es la clave de todo este deporte. Lo tienes o no lo tienes. Y, si es lo segundo. Si se te escapa sea por errores propios, por caprichos del destino o, simplemente, por ineficacia de tus jugadores, entonces, el horizonte se pone negro y las críticas te llegan de todos lados. Y eso precisamente es lo que le está ocurriendo al Levante UD esta temporada y, sobre todo, en los últimos partidos. Cinco encuentros con tan solo un tanto son un balance no pobre, sino paupérrimo.

Unas cifras que les convierten en el cuarto equipo que menos goles logra esta temporada, empatados con el Rayo. Afortunadamente, el equipo ha logrado sacar bastante rendimiento de los goles anotados. Es decir, los ha repartido bien, pues pese a solo llevar 13 en 15 partidos, suma 17 puntos, lo que se explica por el hecho de que ha ganado dos partidos marcando un solo gol en cada uno de ellos. Pero también en que ha logrado incluso rentabilizar choques donde ni siquiera vio puerta. Hasta en tres ocasiones ha empatado a cero, lo que deja con un análisis algo menos negativo los siete partidos en los que no ha «mojado». Siete encuentros de quince sin marcar es una cifra muy negativa, pero, paradójicamente, a ellos no les ha afectado, todavía, en exceso.

Por lo que respecta a los goleadores, surge otra cifra para reflexionar. Solo han marcado siete jugadores y el pichichi del equipo es El Zhar, un hombre que si bien juega de interior, no está llamado a llevar esta responsabilidad. Babá, que empezó tarde, tuvo cierta reacción y logró tres goles, pero no ha aumentado su casillero desde la goleada ante el Espanyol, la única de la temporada. El Levante necesita muchos más goles suyos y también del resto de puntas, pues Barral lleva uno y Ángel, que debutó el viernes, ninguno.