Manuel Llorente siempre fue acusado de ser hombre de Bancaixa. Tuvo que dimitir para no ahondar diferencias y fue designado Amadeo Salvo, también desde los aledaños de Bancaixa, ahora Bankia, e inesperadamente le fue retirado el apoyo. Entró en el club de la mano del Consell y tampoco cuenta con el beneplácito de los responsables políticos de la Comunitat. Ahora ha terciado y está haciendo su tercio Alfonso Rus, polifacético personaje a quien no bastan los cargos de que ahora disfruta. Visto el panorama desde el puente empieza a presentirse mucho más complicada la situación económica del Valencia de lo que lo era hace cuatro días cuando, con cierto regocijo, fue anunciada la participación de siete empresas en la compra del club. Rus sabe que el palco de Mestalla da tanto poder como la política.

Amadeo Salvo ha hecho cuanto ha podido por retrasar el proceso. Le ha encantado el palco de Mestalla y ha luchado para que acudieran a la subasta empresarios que le garantizaran el puesto. Ha tenido la habilidad de pelearse con Bankia, el Consell y el Ayuntamiento. Está a un paso de pelearse con el obispo de la diócesis. Salvo aún sueña con que una de las propuestas cuente con él. Y en la recámara tiene la idea de que la cuestión se retrase, el proyecto se funda y acabe la historia con concurso de acreedores contra lo que se ha defendido Bankia porque en ello le iban algunos millones, propios de las quitas de estos casos. Los tiempos se van consumiendo y la demora dada por la entidad bancaria está próxima a su fin.

Rus, alcalde de Xàtiva, presidente del Olimpic, presidente de la Diputación provincial y diputado, ha salido al ruedo y, además de proclamarse casi seguro nuevo máximo dirigente del club, ha afirmado que sólo dimitirá como presidente del club de La Murta, porque existe incompatibilidad deportiva. No lo es en el ámbito político. Podría decirse, si tal caso se diera que casi se convertiría en el Lendoiro valenciano. Augusto César Lendoiro o César Augusto Lendoiro que nunca sé el orden de los nombres, también del PP, llegó a ser concejal en La Coruña, (nunca le ganaba las elecciones a Paco Vázquez), presidente de la Diputación, diputado en Cortes, director de un colegio público, presidente del Liceo y del Deportivo. Rus no tiene pelos en la lengua y como ha dicho que está a la orden de la candidatura rusa del tovarich Kusnorovich y de la estadounidense, para el fútbol le da igual que haya Pacto de Varsovia u OTAN. De entrada parece que ha ayudado en gran manera a que la candidatura árabe se haya retirado de la puja. Rus, que ha hecho de esta historia guerra entre moros y cristianos (lo que ahora sólo debe llevarse en el caso de las fiestas alcoyanas, donde aún tiene gran moral) estoy temiéndome que aunque ha mencionado al Rei en Jaume acabe repudiándolo porque a fin de cuentas echó a los valencianos de la época, llegó con una senyera sin azul y encima escribió su crónica en catalán.

Rus parece que lo tiene claro, pero insisto, visto el panorama desde el puente lo de la puja va a ser sufrimiento hasta el final. Rus ya ha dicho que va por libre, lo que le crea problemas con el presidente del Consell, Alberto Fabra, quien no ve con buenos ojos el pluriempleo que se adjudica su conmilitón. Rus ha respondido y ha dicho que cada uno tiene su capacidad con lo que no sé si se adjudica la suya como extraordinaria o ha minusvalorado la de todavía su jefe de filas. Rus, que perdió elecciones con Paco Roig tiene ahora el apoyo de éste. No estoy seguro que compongan una media a lo Pasieguito y Puchades. Más bien creo en Álvaro y Juan Ramón.

Me ha sorprendido que sentenciara que «desde hace más de seis años no se ha hecho una inversión en la Comunitat de más de 500 millones de euros ¿y ahora quieren hacer un examen de conciencia a quien viene a comprar?». Tal afirmación podría ser considerada de no haber mediado aquello de repudiar a los moros.