Nada más acabar el partido, Amadeo Salvo puso en duda especialmente la calidad del árbitro en atención a su nacionalidad y teniendo en cuenta los graves errores en contra del Valencia CF. «La tarjeta es increíble. No se puede perjudicar tanto a un equipo porque Paco Alcácer se pierde el partido y es una más de lo que ha ocurrido en el terreno de juego. Cualquier valencianista que ha estado en el estadio o que lo ha visto por la televisión tiene que estar indignado y sin comprender como un organismo como la UEFA puede poner un arbitro de Eslovenia para un partido de esta trascendencia. Parece mentira que en una jugada a balón parado donde el juez de línea marca precisamente la linea hay un doble fuera de juego y no ve ninguno. Es increíble y eso penaliza una semifinal. Más daño de lo que nos han hecho y más represalia que hemos sufrido es imposible. No se lo merece el Valencia ni el Sevilla. Esto desprestigia al fútbol en sí. ¿Que si nos harán algo por decir esto: más no nos pueden hacer».

Y reiteró la condición de esloveno del colegiado: «un equipo arbitral de un país donde los arbitrajes del día a día no tendrán la exigencia que se requería para este partido».

También anunció que recurrirán la sanción «pero es muy difícil que la UEFA lo estime aunque el perjuicio sea tan grande. Aunque, de oficio, al día siguiente debían notificarnos que se levanta la sanción. Si es que además, el portero de ellos se ríe. Pero vamos a estar en Turín».

Paco Alcácer no quiso ser tan duro con el árbitro. «Los árbitros se equivocan para bien y a veces para mal». «Nos vamos jodidos porque en los primeros 30 minutos hemos teniso el balón y hemos tenido ocasiones. En el fútbol todo se determina con goles. Pero, bueno, la remontada es posible» continuó, para después referirse a la acción que acarrea su suspensión. «Se ha visto claro que Beto me deja el pie y yo intento apartarme. A ver si se puede quitar. Lo vamos a intentar hasta el último momento. ¡Si es que no le hago nada!. ¿Beto? Ha jugado su partido. En la vuelta en casa, jugando como en los primeros treinta minutos, pueden cambiar las cosas.