La eliminación del Valencia de la Liga Europa va más allá de la tragedia deportiva, de la crueldad como se produjo el fatal desenlace de una eliminatoria que ha quedado, irremediablemente, grabada de por vida en la mente de todos los valencianistas. El equipo no sólo se quedó fuera de la final, sino de la posibilidad de continuar la próxima temporada presente en una de las dos competiciones continentales, visto que por el camino de la Liga Europa ya es inalcanzable. Esto conlleva, directamente, a la reducción de los ingresos económicos. Y, por tanto, a una mayor limitación de su presupuesto, ajustado ya este ejercicio al quedarse fuera de la Liga de Campeones, competición que le había reportado una media de 20 millones de euros en tres años anteriores.
El club de Mestalla se quedará sin jugar en el Viejo Continente nueve años después. Entre la Liga Europa antes UEFA y Liga de Campeones, el Valencia no ha faltado a su cita con la aristocracia europea. La última vez que el Valencia se ausentó de un torneo europeo fue en la temporada 2005-06.
El Valencia tuvo que reducir esta temporada su presupuesto, con respecto a la anterior, en 23 millones de euros pasó de 110, 87 de la actual al verse privado de los suculentos ingresos que recibía de la UEFA por participar en la «Champions». Una reducción que ha sido progresiva en los últimos años, con una gestión de Manuel Llorente encaminada a rebajar los costes. El Valencia tuvo que vender, aún así, a Soldado (30 millones) el pasado verano para cuadrar el balance. Sin Liga Europa, al menos deberá bajarlo en cerca de 7 millones de euros por pasar la fase de grupos obtuvo este año 4,8 millones, a lo que falta añadir el dinero por televisión. Estar fuera del ámbito internacional supone, también, una depreciación de la marca VCF, que tanto querían revalorizar los actuales gestores.
