La Volta a València-Trofeu Diputació proprocionó un vuelco a la clasificación con la disputa de la segunda etapa. El rompepiernas de Ontinyent se convirtió en el escenario donde algunos corredores mostraron sus credenciales y otros enterraron sus esperanzas. La calidad de la selección nacional holandesa, uno de los equipos más potentes que se han dado cita en esta vuelta de categoría Élite y Sub23 quedó demostrada con la presencia de tres de sus componentes en la escapada buena, formada por seis ciclistas, que da la sensación de que serán los que se disputarán la victoria final en las dos etapas que quedan.

En la última de las siete vueltas que había que dar al trazado, seis ciclistas que formaban parte de un gruipo de 18 se marchaban. Se trataba de los españoles Mikel Iturria (Fundación Euskadi-EDP), Aitor González (Ampo) y Javier Ruiz (Lizarte). Junto a ellos rodaban tres holandeses: Martijn Budding, Joris Nieuwenhuis y Cees Bol. La duda era saber la actitud de los corredores de distintos equipos frente a tres rivales de un mismo equipo. Decidieron colaborar y a partir de ahí la renta ha ido aumentando, sobre todo porque entre los 12 perseguidores había dos ciclistas m ás de Holanda que ejercían de freno y ocho corredores que se limitaban a esperar acontecimientos. Liberty Seguros trabajaba a destajo pero con sólo dos ciclistas era imposible cazar a los seis fugados.

En los últimos kilómetros Martijn Budding saltaba y lograba unos metros de ventaja, que finalmente fueron tres segundos en línea de meta y que le permiten salir de líder de Ontinyent. La segunda plaza era para su compañero de equipo Jordis Nieuwenhuis mientras que tercero y con el mismo tiempo entraba Mikel Iturria. A partir de ahí, las diferencias crecen exponencialmente: Cees Bol perdía nueve segundos, Aitor González se dejaba 11 y Javier Ruiz, 16. El resto de aspirantes a la victoria en la Volta a València-Trofeu Diputació ya han cedido demasiado tiempo para que puedan soñar con la pelea por el maillot amarillo.

El sábado se disputa la tercera etapa y el pelotón se marcha a Náquera, a su tradicional Gran Premio. No será una etapa fácil, pero mucho tendrán que correr los que no se metieron en la fuga de Ontinyent. El pelotón ha de dar ocho vueltas a un circuito que tiene que subir dos veces el Alto de las Cantras y dos el Alto de Bonanza, de tercera catgoría, con final picando hacia arriba en la Ermita de San Francisco. Un total de 129 klómetros con inicio desde la plaza del ayuntamiento a las tres y media de la tarde.