Soro III, Salva y Carlos se proclamaron ayer campeones del Trofeu Corts Valencianes tras derrotar al trío de Miguel, Javi y Héctor II por 60 a 55 tantos en la partida disputada en el Trinquet de Pelayo, que registró un buen ambiente, aunque sin llegar al lleno. Los seis protagonistas fueron despedidos con una sonora ovación pues se vaciaron en la cancha de principio a fin y ofrecieron un soberbio espectáculo, cargado de intensidad e inspiración. Sin duda, hicieron honor a la aplaudida iniciativa de la institución autonómica.

La de ayer era una de esas tardes propicias para acercarse a la «catedral» de nuestro deporte y saborear las esencias que transmite la pilota y las gentes que la acompañan. No hubo ese lleno que muchos esperábamos, pero no faltaron los fieles a la causa, los curiosos y los políticos en campaña.

Esto de la búsqueda de los votos, de las fotos, permite, miren por dónde, que algunos diputados del Palau de Benicarló descubrieran ayer las murallas de Pelayo, esas de las que tanto se ha hablado en los últimos tiempos. Hasta se acercó por allí una amplia representación del emergente partido de Ciudadanos. Carolina Punset, que ocupó lugar en el palco de ilustres invitados, se interesó por las manos de los pelotaris valencianos y sus protecciones. Se la vio integrada en el ambiente y confesó al final de la tarde que el espectáculo le había gustado mucho.

Hace poco se vio en ciertas apreturas cuando alguien le preguntó si conocía a Paco Genovés y la mujer dijo algo así como que le sonaba. No le vamos a exigir que se nos aficione, ni vamos a obligarla a amar, que esas cosas sentimentales deben ser libres, pero el gesto de ayer creo que vale la pena resaltarlo como un paso hacia el ecosistema de la cultura popular valenciana. Estar en equilibrio con el biotopo y la biocenosis del mismo es deber ciudadano. Fue debidamente agasajada por Enric Morera, el presidente, todo orgulloso de treballar per la unitat. También estaba Mercedes Caballero, diputada socialista en Les Corts, que adelantó una iniciativa para reconocer la memoria de los deportistas valencianos. No vimos a nadie distinguido del Partido Popular.

La tarde resultó fructífera en el palco y placentera en las gradas donde los buenos aficionados que no se fueron de puente y que no miraban el reloj para irse al fútbol, tuvieron oportunidad de presenciar uno de los juegos más largos, intensos y hermosos que un aficionado de más de ochenta años, de Foios, de esos que abundan tanto en Pelayo, dijo haber visto. Fue el que se resolvió a favor de Soro III cuando el marcador señalaba iguales a 50. El trío por él comandado había remontado una diferencia de dos juegos. Perdimos la cuenta de los «val» que tuvieron de unos y otros; alguno llegó a pensar si la empresa nos prepararía un entrepà de llonganisses i butifarres porque aquello llevaba trazas de plantarse a la hora de la cena. Ese juego fue un monumento a la belleza de nuestro deporte. Después, en un santiamén, pese a la igualada a 55, el título fue para Soro III. Lo pudo conseguir Miguel que realizó una partida memorable, de las mejores de su carrera. En realidad todos merecieron una nota sobresaliente: aficionados, políticos y jugadores.

Con este triunfo, Soro III encadena su segunda final ganada en Pelayo en apenas un mes tras su reapertura, el pasado 1 de noviembre, cuando se disputó el mano a mano con Puchol II.