Marc Gimeno nació en Montserrat (la Ribera Alta) hace 20 años. A los siete u ocho abriles ya peloteaba en la escuela del club de galotxa local. Pronto cautivó los ojos de los aficionados más sabios, a aquellos que años atrás habían conseguido los mayores logros en una de las modalidades clásicas del juego en la calle.

Marc poseía un don especial en su pegada de carxot y una seguridad pasmosa a la hora de restar de volea. Pronto aprendió a jugar per baix.

Esa figura espigada, enjuta, huesuda, propia de personalidades nerviosas encerraba un temple de frío acero; una apasionada exigencia de superación. El chaval creció arropado por las gentes del club. La asistencia a las partidas de galotxa creció de forma espectacular. Después de muchos años de sequía, Montserrat, con un hijo del pueblo, volvía a soñar con títulos.

En la edición de 2015 Marc capitaneaba un equipo que colocaba a su pueblo en lo alto del Trofeo El Corte Inglés. Aquella tarde de Faura, en una de las más emocionantes y bellas finales que se recuerdan, ese joven serio y carismático ofreció todo un recital frente a un equipo, el de Quart de les Valls, que partía como claro favorito. El joven pelotari, con apenas 19 años, ya había devuelto a su pueblo el cariño que su pueblo le mostró.

Era hora de intentarlo en el exigente mundo profesional de la Escala i Corda, donde ya había demostrado especiales cualidades al conquistar el Individual sub 23.

El pelotari se entregaba cada tarde y los éxitos no tardaron en llegar en carteles cada vez más exigentes. Le llegó la oportunidad de sustituir a Miguel en una semifinal del Circuit. Impresionó. En Pelayo ha cautivado en la semana fallera. Ya se anuncia junto a las primerísimas figuras. Hoy lo hará en Massamagrell acompañado por Javi y Monrabal contra Puchol II y Nacho. Otra prueba de fuego para el de la Ribera.

Sin embargo, Marc pisa la tierra: «Hasta ahora me van bien las cosas pero soy muy consciente de que el camino es largo y difícil y que tengo que aprender muchos secretos y mejorar en muchas cosas. Quiero dar las gracias a los compañeros y la empresa por confiar en mí. Lucharé por no defraudarles». Ese es Marc, pegada y pasión; prudencia en sus juicios y fe en sus posibilidades.