En uno de los momentos previos de una de las finales del Individual en Sagunt hubo un aficionado que quiso mostrar al auditorio la escultural belleza de su acompañante y la hizo pasear desde el palquet a la escalera del resto entre el delirio generalizado. Son momentos inolvidables. Aún había rescoldos de los tiempos de la represión en los que florecían espectáculos arrevistados y escotes a lo Rosita Amores. A nadie se le hubiera imaginado que una mujer entrara a los trinquetes a jugar con la dura pelota de vaqueta. Una cosa era el tenis, la natación o los ejercicios gimnásticos de toda clase y otra muy distinta parar de «volea» una pelota más dura que una piedra. De hecho una de las expresiones más comunes entre los aficionados y apostadores era aquella de que eixe juga menos que la meua germana, que, por supuesto, no jugaba.
En los últimos Juegos Deportivos se han inscrito más de doscientas chicas en competiciones de pelota valenciana. La Selección Valenciana de One Wall domina la pelota europea, superando incluso a la holandesa, donde la presencia femenina en su juego de pelota viene desde hace decenas de años. Más de veinte equipos participan en las competiciones femeninas de raspall, en un crecimiento exponencial. Aquella presentación en Pelayo, emocionó a todos los aficionados presentes, que acogieron la pelota femenina con el profundo respeto que transmite el convencimiento de una apuesta por la igualdad. Por cierto, impresionaron por su calidad técnica. La reapertura de un Pelayo remodelado de arriba abajo contará con ellas.
Otra de las novedades más destacadas es la participación de un grupo específico de equipos femeninos en la modalidad de galotxa, torneo Edicom. Ya se atreven con el juego al aire, per dalt corda. También hay competiciones de frontón. Y no digamos de One wall donde las valencianas dominan el panorama europeo, caso de Mar de Bicorp. Hay que felicitar a los clubes, cuyo futuro ya no se entiende sin las categorías femeninas; como lo entendieron hace años clubes como Borbotó o Beniparrell aplaudir a los monitores y monitoras, a la Federació, que impulsa con decisión un trato de igualdad que crecerá en el tiempo. Y hay que felicitar, porque es de justicia a la Diputación de Valencia y a la diputada Isabel García, valedora de esta política de igualdad.
