Jorge Navarro celebró el domingo como un loco su victoria en el Gran Premio de Aragón, la segunda desde que se estrenó en el Mundial de Moto3 a finales de la pasada temporada. Tenía motivos para hacerlo, semanas después de anunciar su salto a Moto2 y después de haber superado una rotura de tibia y peroné, en junio pasado. «Esta victoria no tiene mucha importancia por el hecho de dar el salto a Moto2 con una victoria más, sino porque me refuerzo después de la lesión y por hacerlo en España en una carrera muy bonita», aseguró ayer a Levante-EMV, nada más bajarse de la moto tras los tests que el Estrella Galicia cubrió ayer en Motorland.
El anuncio de Navarro de saltar a Moto2 en 2017 fue tachado de precipitado desde algunos círculos, bajo el argumento de que ese escalón ha de subirse con un título bajo el brazo o con al menos dos años de experiencia en el Mundial. Navarro no tiene ni una cosa ni otra, pero a su favor ofrece otros argumentos. Uno, que está en condiciones de ser subcampeón del mundo (ahora mismo es segundo) el año de su debut y, dos, su tamaño. Con 1,73 metros de altura, el piloto de la Pobla de Vallbona posee un físico ventajoso para una adaptación rápida a una moto más grande que la actual. El piloto no le da vueltas al asunto de si le falta madurez o no. Lo tiene muy claro. «Aquí se oyen muchas cosas, pero yo tengo que hacer la mía. Al final, el que decide soy yo, ya que soy el que va a correr. Desde la barrera, los toros se ven mejor», asegura. «Es un tema de motivación. Dar el salto a Moto2 era mi lusión, me siento listo y, además, lo voy a hacer en un gran equipo (Team Federal Oil). ¿Si ganar en Aragón es una demostración de madurez? Bueno, esto me da inercia positiva para el salto a Moto2», añade.
La victoria de Navarro en Motorland llegó tres meses después de su triunfo en el Gran Premio de Cataluña, marcado por la muerte del piloto balear Luis Salom. Seis carreras después y con una lesión grave de por medio, Navarro recuperó el domingo en Motorland la segunda plaza del Mundial, por detrás del ya campeón, el sudafricano Brad Binder.
Moto2 pierde a la mayoría de sus líderes en 2017, por lo que se presenta un campeonato muy abierto. No hay que olvidar que en el horizonte de Navarro está el objetivo de MotoGP. El vallbonense sabe, al igual que el resto de pilotos del «paddock», que la categoría reina experimentará una renovación generacional profunda en los próximos años. Así que Navarro quiere estar en una posición aventajada ante las oportunidades que se divisan en el horizonte.
