El Valencia Basket y la Fonteta volvieron a sonreír. Hacía falta volver a ganar en casa tras volver el equipo de Pedro Martínez al escenario donde el Unicaja truncó el gran sueño de una temporada que afortunadamente no ha acabado. El conjunto valenciano evidenció síntomas de recuperación ante un Barcelona que afrontaba el partido como una de las últimas tablas de salvación a las que aferrarse en una campaña para el olvido. El partido no fue bonito ni espectacular, pero poco importaba. Lo primordial era ganar y el Valencia Basket cumplió el guión. Un crecido Oriola en la segunda parte fue el mejor de los taronja aunque la aportación puntual de Dubljevic, Sikma, San Emeterio, Thomas o Tobey también contribuyeron a noquear al Barcelona de Claver.

El alero no tuvo su vuelta soñada a la que fue su casa durante seis temporadas. En su presentación los pitos y los aplausos estuvieron equiparados en un choque donde el internacional valenciano exhibió la línea de la temporada de su equipo con momentos más lucidez y otros de total oscuridad. El triunfo de ayer ya venía alimentado por la clasificación matemática para el playoff tras la victoria del Unicaja ante el Andorra. Con el primer objetivo conseguido los de Pedro Martínez se mantienen firmes en la lucha por alcanzar la primera plaza de la liga regular junto al Real Madrid, además de dejar en dos triunfos más otro añadido por el average al conjunto catalán, que reafirma que la apuesta por la liga tras la decepción en la Eurocup era mucho más que una declaración de intenciones.

Dominio sobre el Barcelona

BarcelonaSorprendió desde el inicio Pedro Martínez por la apuesta de incluir en el quinteto inicial a Mike Tobey. No defraudó el pívot norteamericano, que valiente y sin complejos plantó cara a un jugador con experiencia y talento como Ante Tomic, ayudando en el rebotes e incluso anotando dos canastas. El partido estuvo desde el inicio marcado por la mediocridad y las imprecisiones en ambos equipos. Tanto el Valencia Basket como el Barcelona evidenciaron el bajón anímico que ahora mismo atraviesan, aunque el empuje taronja con Tobey, San Emeterio o Sato valió para llegar con ventajas al final del primer cuarto pese al buen encuentro realizado por el alero valenciano Víctor Claver en su primer choque como rival en la Fonteta (16-14). El segundo período vino marcado por un mate del pívot senegalés Diagné, que obligó a parar el partido durante casi 15 minutos tras romper el tablero. El parón en el partido no varió demasiado el dibujo del choque: con el control del rebote y una defensa aceptable le valió al equipo de Pedro Martínez para llegar con ventaja al descanso (35-29). La emergencia de Dublejvic, hasta ese momento desaparecido y la eclosión enérgica de Oriola, permitieron al Valencia Basket superar la barrera psicológica de los 10 puntos en el último cuarto (59-48). El Barcelona comenzó a desmoronarse ante una nueva situación adversa a la que todavía no se han acostumbrado mientras que los taronja apuntillaron a su rival en su propia cura anímica. Triunfo para sonreír y para seguir creyendo.

P. Martínez: «Pasar página nos reconforta»

El técnico del Valencia Basket, Pedro Martínez, enfatizó el aspecto mental de su equipo en el primer partido jugado en la Fonteta tras la final de la Eurocup ante el Unicaja sobre todo de cara a los seguidores. «La afición ha estado ha estado muy bien ya que era el primer día que les veíamos desde el último donde se llevaron un gran disgusto. Hoy nuestros aficionados, aunque dolidos, han pasado página y creo que a todos nos va muy bien, nos reconforta y nos enorgullece», indicó. Por su parte, el alero valenciano del Barcelona Víctor Claver comentó en declaraciones a esta periódico sus sensaciones sobre su vuelta a la Fonteta, donde por primera vez se enfrentó al club donde se formó. «En el calentamiento ha habido muchas emociones. Luego en el partido uno se va olvidando, aunque el recuerdo no puede ser bueno después de que hayamos perdido. El recibimiento ha sido el esperado. Hay que gente que me apoyado, otros que me han criticado, es un poco de amor y odio que es bastante comprensible», afirmó. j. romero valència