El Valencia Basket lo ha vuelto a hacer. El conjunto valenciano ha desafiado a la historia y ayer pasó por encima de un Real Madrid que se vio superado por la intensidad, energía y el talento de un bloque que funcionó como una máquina casi perfecta. Los de Pedro Martínez se sitúan con ventaja en la serie final por 2-1 y están a solo un partido de ser campeones de liga por primera vez. Este hecho podría consumarse mañana en el cuarto encuentro de la eliminatoria y que de nuevo volverá a jugarse en la Fonteta.

Ayer el recinto valenciano fue más que nunca el sexto jugador y superó los registros de animación que jamás se habían vivido. Sería injusto hacer una valoración individual, pero ayer la afición del Valencia Basket coreó nombres como el de Dubljevic, Thomas o San Emeterio. El montenegrino es ambicioso para esta campaña y quiere ganar la liga. Su entusiasmo contagió al grupo, incluido un Will Thomas que, aunque siempre se ha caracterizado por tener un carácter introvertido, está haciendo un final de temporada para enmarcar. Anoche fue uno de los estandartes de la victoria. Pocos apostaban porque un equipo pudiera ganar al Real Madrid tres partidos seguidos y. aunque el Valencia Basket ya lleva dos, las caras de los jugadores tras el duelo de ayer reflejaron las dudas en el seno blanco y el subidón de estima en los taronja. Aunque con cautela. Ahora se es consciente de que queda el paso definitivo, el más importante y puede que el más complicado. El viernes la gesta se puede lograr y el trigésimo aniversario del club podría tener lugar el mejor final. Con las fuerzas al límite, el aspecto mental marcará el posible devenir del partido de mañana. La gloria aguarda aunque con paciencia.

Pese a que Pedro Martínez había señalado en la previa que los primeros minutos podrían ser claves, el Valencia Basket arrancó con exceso de ansiedad a la pista ante un Real Madrid más serio, que marcó la iniciativa en los primeros compases hasta llegar a su tope tras un triple de Taylor (11-21). El conjunto valenciano mejoró con el paso de los minutos con un mayor acierto exterior y, sobre todo, con un derroche en defensa que poco a poco anuló la ventaja blanca para llegar con ventaja al descanso (36-35). Tras unos instantes de intercambio de canastas, la solidez valenciana siguió su evolución con un gran trabajo colectivo y un acierto descomunal que disparó a los taronja tras una canasta de Sikma (59-51).

Esta inercia se engrandeció tras dos triples de Vives en el último cuarto que pusieron la primera piedra para asegurar el triunfo (65-51). Con una Fonteta que llevaba en volandas a los suyos, el Real Madrid cayó en las obstinación de lanzar triples imposibles que no entraban mientras que el Valencia Basket siguió a lo suyo, como un auténtico martillo pilón para castigar de manera considerable al equipo blanco, que jamás se había visto superado así en muchos años.

En plena euforia dos triples de Sato finiquitaron el choque y abrieron la fiesta en la Fonteta (77-59). Poco importó la languidez arbitral mostrada durante todo el partido pero especialmente en el segundo cuarto que llegaron a desquiciar a la grada aunque no al equipo. Ni por esas. El viernes otra noche épica.