El Valencia Basket ha decidido dar un giro de tuerca definitivo en torno a su participación en la Copa del Rey de Gran Canaria. El club «taronja» ya fue de los primeros en confirmar, tras el anuncio de la Asociación de Baloncestistas profesionales (ABP) de que los jugadores iban a hacer huelga, que el plantel valenciano iba a estar en Las Palmas. Sin embargo, la situación pegó un giro inesperado el pasado domingo por la tarde, cuando cinco jugadores nacionales del plantel «taronja» (Vives, San Emeterio, Sastre, Sergi García y Abalde) anunciaron, a través de su cuenta de Twitter, el apoyo a la medida tomada por la Asociación de Jugadores. El capitán, Rafa Martínez, se ha desmarcado del apoyo a la huelga.

El club mantuvo una reunión ayer con los 5 mencionados con el objetivo de evitar la incertidumbre de si el miércoles, día que se ha declarado la huelga, iban a o no a subir al avión. El Valencia Basket ha optado por volar esta misma tarde hacia Gran Canaria. A falta de que pueda haber un acuerdo, los cinco jugadores en cuestión serán libres en Gran Canaria de entrenar ese día con sus compañeros, aunque sí deberán jugar el jueves el choque de los cuartos de final ante el Tenerife.

La situación de la huelga ha obligado al conjunto valenciano a variar toda la agenda prevista que se había organizado para la previa del torneo copero. Este martes, y como norma habitual de anteriores ediciones, los jugadores hubieran comparecido en la Fonteta ante los medios de comunicación, mientras que mañana hubiera sido el turno del entrenador. La amenaza de la huelga ha provocado el adelantamiento del viaje, además de alejar a los jugadores del ambiente tenso que se ha creado sobre su figura y que ha levantado mucha polémica, principalmente en el sector de los aficionados que tienen previsto acudir a la Copa del Rey.

Desde la ACB y el Consejo Superior de Deportes se espera, pese a todo, llegar a un acuerdo con la ABP aunque en sus previsiones iniciales no esperaban una actitud tan «radical», como han manifestado miembros de la liga por parte del sindicato de los jugadores. El punto del conflicto viene enmarcado por el Fondo Social que ha sido financiado en los últimos años por la propia ACB. Con la mediación del Consejo Superior de Deportes, se optó por un sistema de financiación mixto con una cantidad fija más baja de la actual, cifrada en 315.000 euros, en los que entraban los ingresos televisivos, de los que las asociación de jugadores iba a percibir un 1% de los ingresos netos. Esa cantidad ya determinada iba a ser de 220.000 euros el primer año, para descender a los 105.000 euros los tres siguientes.

Desde la ACB, además, se argumenta lo excepcional que resulta que el sindicato de jugadores de baloncesto se sustente sin que los mismos realicen ninguna aportación, siendo la patronal la que asume el gasto del mismo. Alfonso Reyes, presidente de la ABP, ha argumentado que la AFE, en fútbol, se financia de la misma manera.

Junto al Valencia Basket, clubes como el Obradoiro, Estudiantes o Andorra se han mostrado contrarios a la huelga, mientras que en los jugadores la mayoría ha optado por secundarla. De todas formas, ha habido también disidentes, al no estar de acuerdo con el proceso de elección del presidente ni con los argumentos exhibidos, ya que entienden que es una maniobra para beneficiar a los directivos del propio sindicato. Ante toda esta polémica, el Valencia Basket ya ha montado la oficina para sus aficionados en Gran Canaria, ratificando que el club estará apoyado en la Copa.