La última salida continental del Valencia Basket en la presente temporada se saldó con una nueva derrota. El partido no fue bueno, y fue el talento y la necesidad del Panathinaikos la que decantó la balanza. Las bajas lastraron a los valencianos, que trataron de competir sin éxito. Con el objetivo de no correr riesgos en forma de lesiones, la nota más agradable la dejó Hlinason, que aprovechó las ausencias de Williams y Dubljevic para firmar un encuentro serio.

El conjunto de Vidorreta salió falto de ritmo a la pista, sobre todo en la parcela defensiva, que aprovechó el Panathinaikos para notar canastas fáciles, principalmente bajo aros y dispararse en el electrónico (20-9). El técnico «taronja» movió piezas con la entrada de Van Rossom, Doornekamp o Hlinason, que reactivaron al equipo para lograr un parcial de 5-17 que lo metió de lleno en el choque (25-23).

Falta de continuidad

Con el marcador más equilibrado, el Valencia Basket adoleció de continuidad y los de Xavi Pascual, con la contundencia de Singleton y la dirección de Calathes, volvieron a estirar su ventaja al concluir el segundo período (40-31). Tras el paso por los vestuarios un triple de San Emeterio acercaba de nuevo a los valencianos en el marcador (41-36). De nuevo, volvió a quedarse sin continuidad esta reacción «taronja». Sin grandes estridencias, el Panathinaikos, con Calathes como principal estilete, infringió un parcial de 11-0 que devolvió la cómoda ventaja a los griegos (52-36).

En esta horma de puntos, el Valencia Basket se vio incapaz de inquietar a los de Xavi Pascual, para llegar al final de tercer cuarto en desventaja (57-47). El último período marcó la máxima ventaja para los griegos, que se dispararon en el electrónico ante un equipo con los brazos caídos y que deseaba que el partido se acabara lo antes posible.