La veterana Ibero está viviendo una segunda juventud. Su empuje en los mercados internacionales junto a la manifiesta mejoría de la demanda nacional, permite a la empresa crecer cada año en torno al 8 %. Y no solo aumentan sus ventas, sino que, además, mejora su rentabilidad. En 2017 facturó 31 millones de euros, y para este año está prevista una ambiciosa ampliación de sus instalaciones para seguir atendiendo a sus clientes, repartidos en 145, desde l'Alcora. «¿Deslocalización? Ese nos es nuestro problema», puntualiza.

2017 fue un buen año para Ibero. ¿Qué espera del actual ejercicio?

Ibero cerró el año pasado con un balance muy bueno en el que alcanzamos una facturación de 31 millones de euros. Nuestras ventas crecieron, de manera global, un 8 %, pero lo más importantes es que también mejoramos la rentabilidad. Esperamos cerrar 2018 con un crecimiento de las ventas similar al del año pasado, o sea, entre un 7 % y un 8 %; y también queremos seguir mejorando nuestra rentabilidad.

¿Cómo se ha conseguido aumentar la rentabilidad?

Apostando por nuevos productos, formatos más grandes... Se trata, de alguna manera, en diferenciarse de lo que el resto de empresas está haciendo. Nosotros tenemos una planta, en a que hemos invertido mucho dinero, y podemos desarrollar producto con valor añadido. Nosotros ofrecemos unas propuestas cerámicas muy trabajadas, hasta en el más mínimo detalle, tanto en base como decoraciones. No escatimamos en el producto y, al final, el cliente eso lo aprecia.

¿El cliente sabe pagar la calidad?

Hay clientes que sí y otros que no. Por eso nosotros buscamos esos clientes que quieren pagar esa diferenciación, no solo en la calidad del producto, sino también en el servicio.

¿Ha sido la exportación o el mercado nacional el que propiciado, de manera especial, ese aumento de las ventas?

Ha ido un poco todo. Nosotros somos una empresa eminentemente exportadora. De hecho, facturamos en el exterior el 92 % de nuestras ventas y estamos presentes en 145 países. Pero la verdad es que el mercado nacional está creciendo y lo hace a buen ritmo e incluso, por lo menos en nuestro caso, crece a mayor ritmo que la exportación. Ese aumento de la demanda se nota, especialmente, en el arco mediterráneo.

Desde la patronal Ascer se reclama ayudas para la rehabilitación de viviendas para potencia el crecimiento del mercado nacional¡.

Es imprescindible que se ayude la rehabilitación de viviendas y edificios hasta, por lo menos, que se venda el stock de viviendas construidas y que el sector de la construcción mejores sus niveles de actividad.

¿Puede haber planes de expansión internacional cuando se exporta a 145 países?

La verdad es que nos quedan pocos mercados... Pero siempre hay que trabajar tanto para encontrar nuevas áreas de mercado como para mejor nuestra posición en aquellos países en los que ya estamos presentes.

¿Y cuál es el secreto para que los productos de Ibero lleguen a tantos países del mundo?

Antes de que se desatase la última crisis económica, Ibero era una empresa que estaba muy centrada en el mercado nacional, al igual que le pasaba a la práctica totalidad del sector azulejero castellonense. Y a partir del año 2009 abrimos más las puertas al exterior y apostamos por una diversificación de nuestros destinos comerciales. Y no ha habido más secreto que trabajar mucho: ampliar el departamento comercial, estar muy atento a las necesidades de cada mercado

¿Cada mercado requiere un producto específico?

Cada vez menos. Hace años cada mercado necesitaba un formato o color específico, pero, en la actualidad, la gran mayoría acepta las propuestas formales.

Cuando se habla de 145 países, se habla de todo el mundo, prácticamente...

Sí, pero nuestra principal área de acción está en Europa por cercanía y porque consideramos que es nuestro mercado natural y al que tienen más difícil acceso el resto de los países. Europa es el futuro de la cerámica española, porque es el mercado en el que podemos ofrecer un buen producto y un buen servicio, y otros países, a pesar de tener grandes producciones como es el caso de China, no podrán ser nunca igual de competitivos que nosotros, principalmente por cercanía.. Nuestro principal cliente es Francia, y detrás están Estados Unidos, Inglaterra, Alemania e Italia.

¿Y no ha pensado nunca en deslocalizar Ibero para crecer en casa de sus clientes?

Sí, lo he pensado, pero ese no es nuestro problema. Preferimos seguir operando desde l'Alcora para tenerlo todo más controlado. Ademas, como decía antes, queremos centrarnos lo máximo posible en el mercado europeo, y aquí estamos bien posicionados. Europa consume, aproximadamente, el 60 % de nuestras exportaciones.

¿Eso significa que el resto de mercados pueden quedar en manos de los productores emergentes?

No obligatoriamente, pero sí que es más fácil que exista ese riesgo porque hay mayor competencia, mientras que Europa, prácticamente, es un mercado cautivo de la cerámica española e italiana.

¿Qué proyectos tiene Ibero para este año?

En breve vamos a montar unas líneas de esmaltación para formatos grandes, dos rectificadoras de revestimiento y pavimento, y nuevas naves para almacenaje de 35.000 metros cuadrados. También vamos a renovar toda la zona de exposición a la que le vamos a dedicar unos 1.000 metros cuadrados.

A modo de conclusión ¿Cuál es el estado de salud de Ibero?

Ibero está más viva que nunca.