Ping An destacó que, desde septiembre de 2008, las decisiones de vender Fortis "fueron conducidas por el Gobierno belga y no sólo han destruido del valor de Fortis sino que además han afectado los intereses de los accionistas en conjunto".

"Esas transacciones se contradicen con los principios de gestión corporativa de Fortis, por lo que Ping An manifiesta su desacuerdo" con las mismas, agregó.

Asimismo, indicó que, "vista la violación de ciertos principios de gestión en la organización de la próxima asamblea general extraordinaria, y la forma en que la transacción revisada ha sido presentada a los accionistas de Fortis", Ping An votará "en contra de las resoluciones propuestas".

Según el grupo asegurador chino, "pueden y deben todavía considerarse otras opciones con el objetivo de mantener las actividades y optimizar el valor (de la entidad) para los accionistas".

Según reveló el viernes el diario económico De Tijd, el Gobierno belga ofreció garantías a las autoridades chinas de que el voto favorable de Ping An en la asamblea no implica la renuncia a posibles compensaciones.

El apoyo de la aseguradora china a las decisiones de intervención estatal en Fortis y de división y venta del grueso de sus activos al Estado holandés y al banco francés BNP Paribas resulta clave para que éstas puedan seguir adelante, dado que ya hay varios grupos de minoritarios que han anunciado que votarán en contra en la junta de la semana que viene.

Tras el anuncio de un nuevo acuerdo entre el Gobierno belga, Fortis y BNP para revisar las condiciones de venta de parte de las actividades de Fortis al banco francés, Ping An amenazó con oponerse al mismo si Bruselas no le aclaraba una serie de cuestiones.

Durante el fin de semana Fortis prepara un plan de urgencia en el caso de que se produzca un voto negativo de sus accionistas a las decisiones de despiece y venta de la entidad, a fin de asegurar la liquidez necesaria si ve rechazado su acceso al mercado interbancario.

Asimismo, prepara también un "plan de comunicación" para dar confianza a los inversores.

Fortis teme que si los accionistas votan en contra la situación de la entidad podría ser tan crítica como la que atravesó cuando se produjo la primera operación para salvarla, el pasado septiembre.

Entonces, ante el inminente riesgo de quiebra, los gobiernos de Bélgica, Holanda y Luxemburgo decidieron la nacionalización parcial de la entidad.

Fortis prevé que, si no logra acceso al mercado interbancario, tendrá que garantizar su liquidez con los créditos de urgencia del Banco Central belga con el apoyo del Banco Central Europeo.

Además, señala que estará preparado para activar las garantías estatales -hay un máximo de 150.000 millones disponible- inmediatamente si es necesario.