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El multimillonario filántropo y fundador de Microsoft Bill Gates afirmó ayer que no está en Barcelona para vender software pero sí para pedir al Gobierno español que vuelva a «tomar el tren de la ayuda» a los países en vías de desarrollo tras el recorte presupuestario de 600 millones de euros a causa de la crisis. Gates se mostró «decepcionado» por la medida adoptada por el Gobierno y, a la vez, «confiado» en que ese recorte sea «un paréntesis breve», si bien puntualizó que desde 2004 y hasta 2009 España tuvo un comportamiento «modélico».

«España proporciona mucha ayuda y se asegura de que sea bien gastada», apostilló. La petición no se dirigió sólo a los gobiernos. Gates también lanzó un mensaje de implicación a «las personas más ricas», laboratorios y empresas. El fundador de Microsoft ofreció una rueda de prensa en Barcelona en la que rarificó su compromiso con la salud global.