Crecimiento demográfico y evolución del Producto Interior Bruto por habitante no han tenido un comportamiento equilibrado en el conjunto de las autonomías españolas. Comunidades con alzas importantes de población desde el año 2000 como Madrid y Cataluña han registrado pérdidas relativas en renta per capita en comparación con la media española pero bastante inferiores a la que ha sufrido la Comunitat Valenciana. El crecimiento sostenido del PIB en la última década en las comarcas valencianas (2,18% de tasa anual a excepción de 2009, con una caída del 3,7%) ha sido bastante inferior al de la población residente, que como consecuencia del fenómeno de una inmigración atraída por el "boom" del ladrillo, se ha disparado un 23,6% desde 2000 al aumentar en 973.946 personas. Esto, sumado a la escasa productividad de la economía valenciana y su incapacidad para generar valor añadido, ha provocado que la renta per cápita valenciana haya bajado un 8% en comparación con la media española.

De esta forma, si en el año 2000 la autonomía valenciana ocupaba el octavo puesto de España en PIB por habitante, nueve años después la Comunitat ha descendido cinco escalones para situarse en el décimo tercer lugar. La clave de este fenómeno, a juicio de expertos y empresarios, está en el modelo productivo elegido durante la última década. Hasta el pinchazo de la burbuja en 2008, la construcción ha tirado del carro de la economía, junto con el turismo y los servicios. Empresarios como Federico Félix o el catedrático de Economía de la Universitat de València, Vicent Soler, apuntaban el domingo en Levante-EMV el abandono que han sufrido los sectores industriales, tradicionalmente generadores de tecnología, valor añadido y empleos de mayor cualificación.

No en balde, la pérdida de riqueza por habitante no ha sido exclusiva de la Comunitat Valenciana. Autonomías costeras muy concentradas en la construcción residencial y turística como Baleares o Canarias han perdido también posiciones en el PIB por habitante. Baleares se ha dejado un 16,1% al tiempo que su población aumentaba en un 29,5%, mientras que Canarias ha descendido un 8% en riqueza con un crecimiento demográfico del 22,5%.

Sin embargo, otras autonomías con comportamientos demográfico similares han logrado soportar la rebaja sobre su reparto de PIB. Cataluña, que desde 2000 ha visto crecer su población un 19,3%, ha perdido un 4,6% en renta per cápita, mientras que Madrid se ha dejado un 4,8% con un tirón demográfico del 22,6%, muy similar al valenciano en términos relativos. Las dos autonomías están el grupo con renta per cápita por encima de la media española.

Ha habido mejores comportamientos. En nueve años la población de Murcia se disparaba un 25,8%, al ganar 297.192 habitantes. Por contra, su renta per cápita sólo ha caído un 2,5%. Más éxito ha tenido Aragón, una autonomía que ha concentrado sus esfuerzos en fomentar la industria y la logística. Con un aumento de población del 13% su PIB por habitante ha crecido un 3,2% en comparación con la media española. En cualquier caso, las comunidades con menor crecimiento en sus censos son las que mejores registros presentan en riqueza por habitante, estos es: País Vasco, Ceuta y Melilla, Asturias o Galicia.

Mala gestión de la deuda pública

El delegado en Valencia de la patronal de concesionarios de coches Faconauto y miembro de la Asociación Valenciana de Empresarios, Manuel Palma, se sumó ayer al coro de opiniones sobre las razones de la pérdida del 8,1% de riqueza por habitante de la Comunitat Valenciana en la última década. A su juicio ha habido una excesiva concentración de capital en el sector de la construcción, superior a la media española, en detrimento de sectores como la industria o el turismo. "No ha habido un crecimiento equilibrado", dijo Palma. "Ahora hay un problema de liquidez porque hay mucho dinero paralizado en el sector inmobiliario, es dinero que no sirve para nada. Según Palma, ha habido una "mala gestión" de las Administraciones Públicas "en general" en la época de bonanza porque ha incrementado su endeudamiento. Si la Administración no tuviera endeudamiento ahora habría liquidez y se podrían potenciar pilares como la industria y el turismo".