El inicio de la campaña exportadora de cítricos valencianos está coincidiendo este año con un momento en que el euro se encuentra sobrevalorado y en que se está produciendo una todavía larvada guerra de divisas a nivel internacional. Organismos como el FMI y el Banco Mundial o la Unión Europea ya han alertado de los peligros de que se recrudezca esa batalla, en la que países como China mantienen artificialmente baja su moneda y otros, como Japón y Tailandia, están actuando para devaluar sus divisas con el objetivo general de facilitar sus exportaciones. El euro, por contra, se encuentra muy apreciado respecto a su principal competidor comercial, el dólar. Esta coyuntura es muy dañina para una parte considerable de los exportadores valencianos y, en especial, para la citricultura, que, tal como explicó ayer a este diario el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), Cristóbal Aguado, está en el arranque de su temporada de ventas internacionales. "Ya se ven cítricos en Europa", afirmó antes de añadir que, "en una semana, el mercado se ha despertado".

Sin embargo, para los citricultores valencianos, las ventas podrían aletargarse si el euro sigue tan alto como ahora o incluso más. Una divisa sobrevalorada encarece la exportación fuera de la eurozona. Son mercados tan importantes como el del Reino Unido o Rusia. Además, propicia las importaciones a mucho menor precio que las valencianas procedentes de sus competidores del Mediterráneo, como Marruecos, Turquía o Egipto, que podrían inundar los mercados de la UE. Por ello, Aguado reclamó que el Banco Central Europeo (BCE) "tome medidas para devaluar" la divisa comunitaria. En su opinión, la autoridad monetaria "debe ser consciente de las tensiones", comprender que un euro fuerte "no perjudica a Alemania, cuyos productos de alta tecnología se venden a cualquier precio porque no tienen competencia, pero sí a las exportaciones de otros países, como las españolas", y actuar, porque "China y Estados Unidos se están burlando de los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio". "Si no se hace nada, nos llevarán a la tumba a los citricultores y al resto de exportadores", añadió Aguado, quien auguró "la desaparición del mercado tanto de productores como de comerciantes citrícolas si la situación va a más y no se hace nada".

En este contexto, la organización hizo público ayer un comunicado en el que asegura que la producción de cítricos de esta campaña, ligeramente inferior a la media de los últimos catorce años, está ajustada a la capacidad del mercado y, por tanto, espera que los precios sean "razonables" para los agricultores. En los últimos catorce años, la media de cosecha se sitúa en 3,55 millones de toneladas, mientras que en la actual campaña la producción será de 3,51. AVA considera que esta cifra es una cantidad "asumible por los mercados a precios cuanto menos razonables para los agricultores", y recuerda que las cantidades próximas a los cuatro millones de toneladas de campañas como las de 2004-05 y 2006-07 tuvieron cotizaciones "ruinosas" para los productores. La asociación denunció que algunos de los comercios más importantes están presionando a los agricultores para tratar de imponer de forma generalizada la venta a resultas.