El secretario del Tesoro de EE UU, Timothy Geithner, ha presentado a los ministros de Finanzas del G-20, que se reunen desde ayer en la ciudad surcoreana de Gyeongju, una propuesta para equilibrar la economía mundial y frenar una escalada en la guerra de divisas mediante la imposición desde 2015 de un límite del 4% tanto para los déficits como para los superávits corrientes, una iniciativa que en principio no ha sido bien recibida por países exportadores como China y Japón.

En una carta remitida a los responsables de las mayores economías del mundo, Geithner propone que los países del G-20 se comprometan a "adoptar políticas encaminadas a reducir los desequilibrios externos por debajo de un determinado porcentaje de su respectivo PIB en los próximos años". De este modo, el secretario del Tesoro apunta que los países con déficit persistentes deberían impulsar el ahorro mediante objetivos fiscales creíbles y consistentes a medio plazo con niveles sostenibles de deuda y un fortalecimiento de sus exportaciones. Por el contrario, las economías eminentemente exportadoras deberían adoptar reformas estructurales, así como medidas fiscales y monetarias para estimular las fuentes internas de crecimiento y apuntalar la demanda global. "Puesto que nuestras balanzas por cuenta corriente dependen tanto de nuestras decisiones como de las decisiones tomadas por otros países del G-20, estos compromisos requieren un esfuerzo cooperativo", apunta Geithner.

La iniciativa fue acogida con división entre los ministros de Finanzas del G-20, puesto que los representantes de países como Canadá o Francia se mostraron abiertos a discutir la propuesta de cara a la próxima cumbre del G-20 que se celebrará en Seul en noviembre, mientras países exportadores como Japón o Alemania expresaron su escasa disposición a llegar a un acuerdo.